VALENCIA Y EL VALOR DE LA SOLIDARIDAD
Con motivo de la catástrofe causada en Valencia por la última DANA, hemos vivido momentos de gran tristeza y compasión por los damnificados. Sin embargo, y como en otros desastres naturales, hemos sido testigos de numerosas muestras de ayuda y solidaridad procedentes de cualquier rincón de la geografía española.
Desde profesionales de todo tipo que están aportando sus medios y conocimientos hasta jóvenes decididos a cualquier contribución, miles de personas se acercan cada día a la zona cero de las inundaciones con el propósito y la voluntad de colaborar. Se trata de momentos muy duros, pero cualquier acción es buena para contribuir con aquellos que lo han perdido todo. Nos maravilla la juventud de muchos de estos ayudantes anónimos que, lejos de comportarse como esa generación de cristal otras veces criticada, se animan a contribuir con su energía y voluntad, conscientes del desastre.
Desde la Fundación, y siguiendo la invitación del Papa Francisco que, con sus palabras del pasado domingo animaba a reflexionar diciendo: "¿Qué hago yo por la gente de Valencia? ¿Rezo, ofrezco algo? Piensen en esta pregunta", queremos aportar nuestro pequeño granito de arena recapacitando sobre la capacidad del ser humano para ayudar a otros aún en las peores condiciones.
Retomamos para ello nuestro artículo “Hacer algo por los demás” en el que tratábamos sobre el altruismo, la solidaridad y la cooperación, así como de su relación con la felicidad y el propósito vital.
Su lectura puede suponer un grato punto de partida para articular una respuesta a la adversidad de estos días, a través de acciones como las que te sugerimos a continuación:
Aporta lo que tú puedas saber o tener a propósito de tu profesión: tus conocimientos, tu capacidad o tus recursos. Puedes ser de gran ayuda en estos momentos con muy poco esfuerzo.
Revisa qué puede donar tu familia a través de bienes y enseres personales que probablemente utilices poco o que en estos momentos no necesites. Es probable que tengas alguna iglesia, colegio o asociación que pueda hacerlos llegar lo antes posible.
Haz una aportación económica, en función de tus posibilidades, a una Asociación u ONG de confianza. Cualquier cantidad podrá ayudar donde no se tiene nada.
Quizás te emocione posicionarte tan cerca de aquellos que sufren. Es algo natural, ya que estamos hechos de amor. Pero recuerda que dar es recibir. Y si además practicas la solidaridad y el altruismo junto a tu familia, haciendo que tus hijos contribuyan como puedan, les estarás dando una lección importante. Pídeles que te acompañen y colaboren, que ayuden a organizar las donaciones, a cargar enseres, que donen un par de euros de sus ahorros, etc. Así comprenderán la magnitud de la situación y lo importantes que pueden ser en ella. Se sentirán útiles y comprenderán los principios y valores que rigen vuestra familia.
«Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo»
Eduardo Galeano
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