Uso de pantallas según la edad. Recomendaciones generales
En este artículo te mostramos algunas recomendaciones generales sobre el uso de pantallas. La mejor forma de conseguir que nuestros hijos hagan un uso correcto de la tecnología es empezar desde que son pequeños. Los límites, el conocimiento y el diálogo os ayudarán a conseguirlo.
0-6 AÑOS
Aunque los niños desde que nacen están en contacto con la tecnología, no quiere decir que sepan hacer un uso adecuado de la misma. Es más, pasaran muchos años antes de que puedan y deban manejar los dispositivos sin supervisión (tanto a nivel de contenido como de duración) Esto es así porque para que puedan hacer un uso responsable de la tecnología, necesitan que ciertas áreas del cerebro estén desarrolladas y a estas edades, no lo están.
En este período de la vida, el niño no necesita la tecnología para su desarrollo, de hecho puede incluso obstaculizarlo. Tampoco la requiere para divertirse ni aprender. Lo recomendable es potenciar el juego libre, la interacción con otros niños, el contacto con la naturaleza, la exploración… Pueden encontrar en el mundo real todo lo que necesitan para distraerse, calmarse y aprender. Una pregunta que debes plantearte es: ¿lo que va a hacer con el dispositivo puede hacerlo sin necesidad de él? Si la respuesta es “si”, está claro: nada de tecnología.
Nuestro consejo es que a esta edad no se usen las pantallas. No obstante, si decides utilizar la tecnología, debes fijar un horario, que el uso sea esporádico, la duración la menor posible y que siempre haya un adulto guiando y supervisando lo que hace con el dispositivo.
No utilices el móvil, Tablet o televisor como canguro de tu hijo. Tampoco como distracción o para evitar que te moleste. Todas estas cosas se pueden gestionar de una forma más útil y con menos consecuencias negativas a largo plazo.
Estas son algunas alternativas a las pantallas: cuentos, dibujar, bloques de construcción, juegos que recreen actividades cotidianas o uso de elementos cotidianos (papeles, piedras, hojas…)
7-12 AÑOS
A estas edades el uso de la tecnología comienza a tener más presencia y relevancia en la vida de nuestros hijos. Pero no podemos olvidar que siguen siendo muy inmaduros, por lo que necesitaran unas directrices claras para la utilización correcta de la misma.
Las principales ventajas del uso de pantallas en esta etapa tienen que ver con la comunicación con sus iguales, el ocio y como herramienta didáctica. No obstante, recuerda que si alguna de estas cosas pueden hacerlas sin recurrir a ellas, es preferible que no las usen. Con esto lo que buscamos es que no generen dependencia con las pantallas sino que las vean como un recurso más de los muchos que tienen a su alcance. Como ya comentamos en el artículo “Pros y contras de las pantallas” una utilización inadecuada de la tecnología puede dar lugar a problemas como la adicción (móvil, redes sociales…), sedentarismo o reducción de la creatividad.
En este punto es esencial enseñarles habilidades digitales para navegar seguros y con responsabilidad. Estas son algunas ideas:
- Informa sobre el uso adecuado de las pantallas. Privacidad, el respeto, los riesgos de compartir información en la red, aspectos técnicos… Una idea que debe quedar clara desde el principio es que nunca se comuniquen ni contacten con desconocidos. Al igual que cuando van por la calle no saludan ni charlan con personas que no conocen, a través de internet ocurre igual.
Informar es un paso previo que no deberías pasar nunca por alto.
- Haz uso de herramientas de control parental que te permitan seleccionar el tipo de contenido, duración… ¡Ojo! Estas aplicaciones son muy útiles pero no suficientes por eso será necesario una supervisión directa por tu parte.
- Establece límites:
Marca un uso limitado. Dejando al margen lo empleado para realizar las tareas académicas, el tiempo dedicado al ocio con pantallas debe estar bien delimitado. Lo ideal sería que sólo pudieran utilizarse durante el fin de semana y vacaciones. En cuanto a la duración depende de la edad. No es lo mismo un niño de 7 años que uno de 12 años. Sus necesidades cambian y sus capacidades son diferentes. Cuanto más pequeño, menos tiempo. Consideramos que en este periodo el máximo tiempo frente a las pantallas no debería superar la media hora al día en los niños más mayores.
Siempre que utilicen pantallas deberán hacerlo en presencia de un adulto. A estas edades la supervisión es crucial. Determina en qué lugares se pueden usar las pantallas y en cuáles no. La sala de estar o espacios de reunión familiar son la mejor opción. Sin embargo, los dormitorios o cuartos de baño no nos parecen una buena idea ya que son lugares que invitan al aislamiento y por lo tanto la supervisión se vuelve más complicada.
También haz una criba de los temas que consideras apropiados o no. Ofrécele contenidos de calidad basándose en sus gustos. Hay recursos de todo tipo. Enseñarles a diferenciar los contenidos buenos de los que no lo son, les ayudará a hacer un uso responsable más adelante. Una buena forma de conseguir esto es desarrollando el pensamiento crítico. Si quieres saber cómo conseguirlo, échale un vistazo a esta guía.
- Y ¿qué pasa con las redes sociales? Ninguna red social está recomendada para menores de 13 años. Es a partir de esta edad cuando las condiciones de uso de las aplicaciones permiten que se registren y las utilicen. Es decir, si tu hijo tiene de 0 a 13 años no debería tener ningún perfil en ninguna red social ni hacer uso de las mismas, utilizando perfiles de otras personas por ejemplo.
Es muy importante que establezcas un ambiente de confianza en casa. Si tus hijos tienen miedo de contarte determinadas cosas pueden verse en situaciones muy complicadas de las que les cueste salir sin tu ayuda.
Estas son algunas alternativas a las pantallas: deportes, actividades en equipo, libros, manualidades, juegos de mesa, artes (pintura, música…), meriendas en casa…
13 AÑOS EN ADELANTE
En este periodo el uso de las pantallas y redes sociales comienza a ganarle terreno al “mundo real”. Creemos que como padres nos tocará en ocasiones ir contracorriente. Una cosa es que las cosas cambien y otra diferente es que nos tengamos que dejar arrastras por hábitos con las que no estamos de acuerdo. No siempre nos lo pondrán fácil y quizás tengamos más de una discusión por el tema pero debemos ser firmes ya que estas edades es un momento crítico y pueden desarrollar problemas de adicción relacionados con las pantallas.
En esta etapa debes tener en cuenta esto:
- Infórmate e informa. Ahora que tus hijos empiezan a utilizar redes sociales o juegos en línea además de para entretenerse, para comunicarse y establecer relaciones, es crucial que te tomes tu tiempo para hablar sobre el tema.
Lo primero que debes hacer es informarte sobre las aplicaciones o juegos que utilizan. Conocer cómo funcionan, ventajas, riesgos… será muy útil para establecer límites, entender a tus hijos o para hablar con propiedad. Puedes preguntarles abiertamente y después buscar por internet, hablar con otros padres…
Después, habla con tus hijos del uso correcto y de los riesgos que pueden entrañar algunas de las opciones que nos ofrecen las pantallas. Haz hincapié en lo que supone compartir datos personales, la privacidad como algo que hay que atesorar, recomienda que sólo hablen con personas que conoce en la “realidad” (compañeros del colegio, vecinos, amigos…), háblales de ciberacoso…
- Establece límites. Tiempo de uso, dónde se pueden utilizar, qué tipo de supervisión vamos a hacer, qué contenidos están permitidos y cuáles no…. Todo debe quedar claro y consensuado. A esta edad es más útil la negociación que la imposición. No obstante, la última palabra la tienes tú.
El tiempo que te recomendamos de uso en esta etapa es de 1,5h al día. También es muy importante que no duerman con el móvil sino que lo guarden los padres antes de irse a la cama. Y siempre que sea posible, que el uso de ordenadores, videoconsolas, móviles… se haga en espacios comunes.
Al igual que hacíamos en edades más tempranas, es recomendable que continúes haciendo uso de las herramientas de control parental y cribando los contenidos permitidos de los que no lo están.
- Supervisa pero desde un segundo plano. Es una etapa en la que tus hijos buscan su propio espacio por lo que te animamos a que no seas demasiado controlador. Eso no quiere decir que te desentiendas sino que confíes en que todo lo que has ido enseñando e inculcando ha dejado huella. Permite que cometan sus errores y tiéndeles tu mano para ayudarles a resolverlos. Crea una atmósfera positiva y relajada que favorezca el trabajo en equipo.
Utiliza tu sentido común y ve ofreciendo libertad a medida que vayas comprobando que son capaces de utilizar las pantallas de forma responsable.
Alternativas a las pantallas: deportes, voluntariados, idiomas, experiencias (campamentos, viajes, excursiones…), lectura, dibujo, música, contacto con la naturaleza, dales responsabilidades en casa, juegos de mesa, invitar a amigos a casa…
Además de estas recomendaciones generales, es importante que no pierdas de vista las características particulares de tu hijo porque en función de ellas, deberás establecer unos límites u otros. También son un buen aliado las alternativas a las pantallas que te hemos propuesto (puedes encontrar más aquí). Si ellos tienen otras cosas que hacer u otras opciones de entretenimiento, es menos probable que se hagan dependiente de las pantallas. Y por último, como siempre decimos, tu ejemplo es crucial. Si ellos te ven todo el día enganchado a la televisión, ordenador o móvil pero luego intentas limitar el uso que hacen ellos, les llegará un mensaje poco coherente y tendrá muchas fisuras tu autoridad.
Recuerda que el desarrollo del autocontrol de tus hijos depende en gran parte de lo que tú hagas.
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