Uso de pantallas: Algunas consecuencias visibles en bebés y niños de corta edad
Ya sabemos que el uso de pantallas tiene repercusiones negativas en el desarrollo social e intelectual de niños y adolescentes. Existen numerosas investigaciones al respecto, algunas de las cuales analizábamos en nuestro artículo ¿Sabías estos datos sobre las pantallas? No te quedes de brazos cruzados
Sin embargo, especialistas de la salud alertan de otra cuestión si cabe más preocupante y que a menudo suele aparecer en sus consultas.
Se trata de una problemática cada vez es más evidente: la dependencia de BEBÉS Y NIÑOS MUY PEQUEÑOS de los dispositivos electrónicos y las consecuencias del uso de pantallas en el desarrollo cognitivo, afectivo y social del tipo:
Retrasos en el habla.
Problemas de regulación emocional, irritabilidad, poca tolerancia a la frustración.
Dificultades en del desarrollo del pensamiento lógico, problemas para conceptualizar, tomar decisiones…
Problemas en el desarrollo de las funciones ejecutivas, como la capacidad de atención y concentración.
Dificultades en el desarrollo social, aislamiento, falta de habilidades comunicativas…
Disminución en el contacto con iguales y adultos de referencia.
Menor aprendizaje de la vida, (observación del entorno, vivencias y experiencias culturales…)
Y un largo etcétera.
En este artículo os expondremos una consecuencia concreta y directa del abuso o uso inadecuado de las pantallas que tiene que ver precisamente con el desarrollo cognitivo infantil: El retraso en el desarrollo intelectual y los problemas de lenguaje en menores de tres años. Intentaremos, además, aportar algunas soluciones.
PROBLEMAS DEL DESARROLLO RELACIONADOS CON LAS PANTALLAS.
Sí. En nuestra práctica como psicólogas clínicas y educativas hemos observado cómo detrás de algunos diagnósticos infantiles demoledores existía un uso excesivo de dispositivos y pantallas que lograban provocar rasgos similares a los de los niños con problemas de impulsividad y/o desatención, (TDAH), trastornos Específicos del Lenguaje, (TEL), e incluso rasgos relacionados con Trastornos Generalizados del Desarrollo (TGD) y Espectro Autista, (TEA).
Se trata de falsos positivos que ponen en evidencia todos los procesos que desafortunadamente se inhiben con el uso de pantallas en niños pequeños, pero de los cuales podemos aprender. En algunos de estos casos, los neuropsicólogos han conseguido remitir la mayoría de los problemas con dos sencillas instrucciones: eliminar absolutamente todo tipo de pantallas, (televisión, tablet, móvil…) y estimular conscientemente el lenguaje en familia, (hablar con él con frecuencia, leerle cuentos, cantarle canciones…). Es sorprendente que, con estos dos pequeños cambios en la vida del pequeño, algunas dificultades puedan llegar a desaparecer y comiencen a compensarse.
Este tipo de recomendaciones, tanto para adultos como para niños, son los llamados “detox digitales”. Y realmente funcionan. Resulta sorprendente cómo con la prescripción de la no exposición a las pantallas, algunos niños muy pequeños mejoran en pocos meses.
¿Por qué se dan estas circunstancias? Muchos de los problemas del desarrollo infantil tienen un origen multicausal, pero lo que sí demuestran las investigaciones actuales es el hecho de que el uso de pantallas en menores contribuye a su aparición, ya que es como si estar expuesto a las pantallas sub-activase la actividad cerebral, omitiendo otro tipo de estimulación necesaria y adecuada. Es la famosa regla neurológica del “USE IT OR LOSE IT”. El cerebro de los niños tiene que establecer determinadas conexiones neuronales a determinada edad. Si no es así, esas conexiones cerebrales no usadas se pierden, es decir, nunca sucederán.
Esta es una de las posibles explicaciones de por qué algunos niños que pasan tiempo excesivo frente a las pantallas, ya sea de un smartphone, tablet, televisión… pueden tener un menor desarrollo intelectual y presentar con más probabilidad trastornos del aprendizaje y del lenguaje.
LO QUE DICEN LAS INVESTIGACIONES
Muchos pediatras, neurólogos y psicólogos especialistas en el desarrollo infantil han comenzado a hacer estudios más extensos sobre estas dificultades, encontrando, que la exposición a pantallas aumenta el riesgo de sufrir retraso en el habla y en la capacidad de expresión a través del lenguaje, hasta en un 49%. (Estas cualidades, conocidas como prerrequisitos del lenguaje, dificultan también el aprendizaje posterior del lenguaje escrito, tanto en la lectura como en la escritura). Está claro que es difícil probar una causa-efecto en ello, pero sí podemos destacar la tendencia: estar demasiado tiempo expuestos a las pantallas puede alterar la vida de los niños. De hecho, la recomendación de los expertos es la de evitar la exposición a cualquier tipo de pantallas en menores de 6 años. Además, hay muchas otras actividades lúdicas y didácticas alternativas que se pueden realizar en la escuela y la familia para estimular a los niños en el desarrollo de su lenguaje como, por ejemplo, dedicar más tiempo a hablar, leer y trabajar en su creatividad. Más adelante te explicamos cómo hacerlo. |
EL PROBLEMA NO SOLO ES EL TIEMPO, TAMBIÉN EL MODO DE USO.
Seamos realistas. A todos nos puede venir la tentación de usar en un momento crítico una pantalla como “niñera digital”: calmar una rabieta en el coche, evitar un mal comportamiento en un restaurante o entretener al bebé cuando estamos con más gente y los niños “molestan” o simplemente cuando se aburren y no saben qué hacer. Te recomendamos que no lo hagas. Tu hijo debería exponerse a emociones desagradables y necesita estar en presente en el mundo. Los niños tan pequeños necesitan ser estimulado, no “desenchufados” con una pantalla, e insistimos, este uso constituye un grave error con consecuencias negativas.
Pero entonces, ¿qué puedes hacer en estas situaciones?
Antes de proponerte algunas alternativas, nos parece importante reseñar algunas excepciones razonables a la cero exposición a pantallas en niños pequeños. Todas ellas tienen que ver con un buen uso.
No es novedosa la idea de que la tecnología nos aleja a aquellos que tenemos más cerca, pero también es una herramienta muy útil para acercarnos a personas que queremos y que se encuentran lejos de nosotros. El gran escritor Gianni Rodari, en su famoso libro de 1962 “Cuentos por Teléfono”, narra la historia de un padre viajante que cada noche, estuviera donde estuviera, telefoneaba a su hija para contarle su cuento de buenas noches. Partiendo de esta inspiración, estas son algunas sugerencias para el uso excepcional y muy breve de pantallas en niños pequeños:
Mantener el contacto con papá y mamá cuando éstos están de viaje, ayudando al niño a ver su cara y escuchar su voz, como refuerzo de un apego seguro.
Saludar a nuestros familiares que viven lejos, (abuelitos, tíos…) y felicitarles en ocasiones especiales.
Realizar alguna actividad interesante y breve con ellos que contribuya a la socialización del niño: Abrir o entregar un regalo, contar un cuento, cantar junto a alguien, explicar una anécdota a un ser querido, mostrarle algo anecdótico o muy interesante para él….
En definitiva, situaciones que sean poco frecuentes en las que entendamos que el beneficio puntual para tu hijo pueda justificar el uso de dispositivos que son muy perjudiciales para él por su impacto en su desarrollo.
ALTERNATIVAS A LAS PANTALLAS PARA LOS MÁS PEQUEÑOS.
En situaciones cotidianas, las familias tienen multitud de recursos y opciones interesantes, didácticas y enriquecedoras que no tienen que ver con los dispositivos digitales.
Recuerda que un dispositivo móvil que actúa cómo distractor no enseña ninguna habilidad. En cambio, sí fomenta comportamientos negativos cómo la incapacidad de saber gestionar la frustración.
Consulta nuestra página web para recoger ideas que puedan desarrollar el lenguaje y el intelecto de tu bebé.
“Está demostrado que la lectura en voz alta es eficaz para mejorar el lenguaje, la alfabetización, la imaginación y el desarrollo cognitivo de los niños. Además, sirve para crear lazos afectivos y tiene beneficios en el funcionamiento psicosocial de los padres". - Dr. Jaime García Aguado, Pediatra. Recuerda que un dispositivo móvil que actúa cómo distractor no enseña ninguna habilidad. En cambio, sí fomenta comportamientos negativos cómo la incapacidad de saber gestionar la frustración. Consulta nuestra página web para recoger ideas que puedan desarrollar el lenguaje y el intelecto de tu bebé. |
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Sin embargo, los niños acostumbrados al uso de pantallas suelen pedirlas cuando están aburridos. ¿Qué podemos hacer cuando el niño reclama la pantalla? Un niño llorando o enfadado porque se aburre nos aporta mucha información sobre sus necesidades en ese momento: atención, afecto, conversación, distracción…
Aunque la solución alternativa a la “pantalla niñera” tiene mucho que ver con el contexto en el que suceda, (un restaurante, un viaje, una reunión familiar, un momento del día a día donde el adulto necesita que el niño esté calmado para hacer algo importante…), te proponemos algunas ideas que pueden activar tu propia creatividad para encontrar en cada contexto una opción más adecuada que ponerle algún vídeo en tu teléfono o un juego en la tablet:
Procura no utilizar tú mismo los dispositivos electrónicos. Si te desconectas de la situación, es más probable que él también lo vea como una alternativa razonable.
Usa objetos lúdicos más tradicionales y estimulantes para entretenerle y estimularle: puzles, cubos, juguetes…
Si sales de casa, hazlo provisto de una libreta para que pueda garabatear, (en algunos restaurantes las tienen a tu disposición) u ofrécele algún juguete sencillo.
Habla con él, felicitándole y ayudándole a tener un comportamiento apropiado a su edad en ese contexto.
Si te muestra cansancio o aburrimiento, comenta con él los aspectos del entorno que le puedan llamar la atención: la decoración del lugar donde estáis, lo que están haciendo los adultos…
Entretenle explicándole lo que está sucediendo a su alrededor, (por ejemplo, “enseguida vamos a aterrizar, mira qué pequeñas se ven las cosas desde la ventana del avión”).
Si es posible, ponle en movimiento de vez en cuando, (recuerda que su atención es limitada y es razonable que se muestre cansado o incómodo pasado un tiempo). Sal del recinto a dar un pequeño paseo, acompáñale al baño o visita el jardín del museo, (algunos bebés necesitan estas sencillas interrupciones para tranquilizarse).
¿UN FUTURO SIN PANTALLAS INFANTILES?
Probablemente sí. Numerosas instituciones nacionales e internacionales están intentando promover una reflexión al respecto y proponer alternativas a estos malos hábitos infantiles que tanto daño pueden causar a los más pequeños. Entre ellas destacan, además de la Asociación Europea para la Transición Digital, entidades como Save The Children, la Fundación ANAR, iCMedia, Dale Una Vuelta y Unicef.
Por otro lado, y desde el ámbito de la pedagogía y la psicología educativa, la tendencia actual es la limitación del uso de pantallas y dispositivos digitales. Suecia, por ejemplo, ha vuelto a los libros de texto tradicionales al contemplar un claro descenso de las competencias lingüísticas de sus alumnos. Y este hecho nos lleva a pensar que probablemente la escuela se oriente hacia una desdigitalización progresiva o un uso más razonable de los dispositivos electrónicos también en otros países europeos.
Por todo ello, un futuro sin pantallas infantiles no parece tan descabellado, ¿verdad?
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