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¿QUÉ HACER PARA DESARROLLAR APEGO SEGURO?

El vínculo del apego se va creando poco a poco y desde del nacimiento. En estos primeros momentos el simple cuidado y las rutinas (baño, alimentación, caricias…) favorecen que el bebé reconozca a sus cuidadores como tal y que empiece a hacerse a la idea de que están ahí para él.



Como ya adelantamos en el artículo LA IMPORTANCIA DEL APEGO, el apego se puede desarrollar a través de multitud de acciones pero son precisas algunas características para que el vínculo sea seguro. Veamos cada una de ellas:


1.- AFECTO Para generar ese vínculo emocional los hijos tienen que saber que los padres los quieren. Para ello una de las formas más evidentes son las muestras de afecto como abrazos, palabras amables, jugar con ellos, calmarles, reírse juntos… Estos gestos además de agradables, aportan tranquilidad cuando están nerviosos o inquietos que es cuando más nos necesitan. Otra forma de expresar el afecto es mediante la aceptación. Es importante que el amor y la cercanía se transmitan en todas las circunstancias. No debemos dejar de mostrar afecto porque estemos cansados, se haya portado mal o porque lleve toda la noche llorando. De esta manera interiorizan que ese amor es incondicional y el vínculo independiente de lo que ocurre. El afecto sin duda es uno de los elementos esenciales para generar apego seguro. No te olvides de expresarlo mediante el contacto físico (abrazos, besos, cosquillas…) y el tiempo de calidad (jugar, leer cuentos, darle de comer, cambiar el pañal, conversaciones…)


El afecto sin duda es uno de los elementos esenciales para generar apego seguro. No te olvides de expresarlo mediante el contacto físico (abrazos, besos, cosquillas…) y el tiempo de calidad (jugar, leer cuentos, darle de comer, cambiar el pañal, conversaciones…)

2.- RESPONDER CONGRUENTEMENTE ¿Recuerdas la metáfora de la naranja? Lo que nos decía es que para que haya apego seguro es importante que si tu hijo necesita una naranja, le des una naranja. Ni más ni menos. Ser congruente es que nuestro comportamiento sea proporcional a las necesidades de nuestro hijo. No obstante, te recordamos que no hay que confundir esto con la sobreprotección excesiva ni con un estilo educacional demasiado permisivo. Tu criterio como padre te permite distinguir lo que son necesidades de lo que son caprichos. Es decir, tu hijo puede creer necesitar más juguetes, grandes experiencias como un viaje a Disneyland o incluso puede creer necesitar menos responsabilidades pero todo esto tiene que pasar por el filtro de tu criterio. Los padres también tenemos necesidades (dormir, descansar, pasar tiempo en pareja, tiempo libre…) que debemos escuchar y respetar. También debemos prestar atención a las cosas que son más difíciles de percibir como las emociones. Sin duda para responder congruentemente, la empatía y la sensibilidad serán necesarias.  Es importante que los padres pongan palabras a los sentimientos de los hijos para que ellos los reconozcan y sentirlos. Por ejemplo: Si tu hijo se acerca llorando puedes preguntar: “¿Qué sientes enfado o estás triste?” De esta manera tú entenderás mejor lo que le pasa y tu hijo empezará a reconocer sus emociones e irá aprendiendo a gestionarlas. Por otro lado, no olvides decir palabras que validen las emociones de tus hijos ya que también les ayuda a gestionar sus emociones y les proporciona mucha seguridad. Por ejemplo: “Veo que estás enfadado porque no te sale el dibujo”, “Entiendo que te enfades porque llevas un rato intentándolo”

3.- EDUCAR DESDE LA CALMA Es importante prestar atención a nuestras propias emociones. En ocasiones necesitaremos tomarnos una pausa y parar antes de atender a nuestro hijo. Los niños y adolescentes pueden verse desbordados por sus propios sentimientos, preocupaciones y circunstancias. Si cuando nos piden ayuda respondemos con ansiedad y angustia, no sólo no estaremos ayudándoles sino que puede empeorar la situación. Transmitir calma y tranquilidad cuando están nerviosos les hace sentir seguros y protegidos. Recuerda que para ayudar a tu hijo tienes que estar bien.

A continuación te dejamos algunos recursos que hemos elaborado para educar desde la calma: - Charla “Educar desde la calma - Claves para que tu estrés no repercuta en la crianza - Meditaciones guiadas - Ejercicio de respiración lenta y profunda

4.- PRESENCIA Y TIEMPO DE CALIDAD La presencia tiene mucha importancia en el apego seguro. Una forma de crearlo es estar presente en el cuidado diario y cotidiano (cepillarse los dientes, comer con ellos, atenderlos, jugar, explicarle las cosas…) Para que tu hijo interiorice que es importante para ti, debes dedicarle tiempo de calidad. Sabemos que las obligaciones y las rutinas cada vez más exigentes hacen que no siempre podamos dedicar todo el tiempo que nos gustaría, pero lo importante es la calidad y no el tiempo como tal. Tus hijos tienen que formar parte de tus prioridades y dedicarles la atención que necesitan. Pero… recuerda que tus hijos no son tus únicas prioridades. Deja tiempo y espacio para hacer deporte, cuidar tu matrimonio, salir a cenar, descansar… Cuanto mejor estés tú, mejor podrás cuidar de tus hijos.



Estar presente en lo cotidiano es lo esencial pero si te cuesta conseguirlo o necesitas algunas ideas te animamos a que leas estos contenidos que hemos creados:

5.- MODELOS Y ENSEÑANTES Los primeros enseñantes de los hijos son los padres. Siempre hablamos de la importancia de que tus hijos te tengan como modelo y aunque también es enriquecedor tener otros ejemplos, tú debes tener un papel protagonista en sus aprendizajes. Cuando nacemos tenemos todo por aprender por eso los padres tienen tanto que enseñar. Desde lo más básico a lo más complejo tiene su impacto ya que los hijos se sienten seguros, confían en sus padres y los toman como referentes.

Habrá cosas que enseñes específicamente cómo por ejemplo a atarse los cordones o a coger correctamente los cubiertos pero otros muchos aprendizajes se harán a través de la observación por eso eres un ejemplo tan importante.

6.- LÍMITES Y NORMAS Para que se genere un apego seguro hay que proporcionarle al niño lo que necesita y en ocasiones, lo que necesita son límites. Como hemos comentado en más de una ocasión, las normas y los límites no están reñidos con el afecto y la amabilidad. Si combinas ambos, te aseguras de crear con tu hijo un vínculo seguro y duradero.  Tanto es así que hay estudios que han comprobado que los hijos se apegan más a aquellas figuras que ponen límites de una manera más clara y amable. Estos artículos te ayudarán a ahondar en el tema: ·  Cómo establecer límites ·  Qué actitudes debemos tener como padres a la hora de establecer normas ·  Cómo elegir bien qué normas establecer ·  Píldora educativa: Amabilidad y firmeza.




7.- CONFIABILIDAD Para que el vínculo entre vosotros sea sólido y fuerte es importante la confianza. Los hijos aprenden a confiar en los padres cuando están presentes pero también cuando cumplen con su palabra. Es decir, si te has comprometido a leerle un cuento esa noche, debes hacerlo. Los hijos necesitan saber que lo que les digas ya sean cosas grandes o pequeñas, agradables o desagradables las harás y que si no las haces, es por alguna razón. De todos modos, recuerda que la flexibilidad en la educación y la crianza son importantes. En la vida ocurren imprevistos de todo tipo y tu hijo tiene que aprender a aceptar esa realidad.  La comunicación sincera es la clave. Por ejemplo: “Cariño sé que hablamos de ir hoy al parque pero estoy muy cansada y necesito quedarme en casa. ¿Qué te parece si vamos el sábado?

8.- SENSIBILIDAD Los niños expresan sus necesidades llorando, con gestos, sonidos o con palabras. Sabemos que no siempre es fácil descifrar que les pasa pero es importante que estés ahí y que no se sientan solos en ese momento. A medida que os vayáis conociendo, será más sencillo entender las reacciones de tus hijos para así darles mejor respuesta.





A modo de resumen podemos afirmar que el apego seguro nos proporciona beneficios psicológicos no sólo en la infancia sino también en la edad adulta. También hemos visto que este vínculo aunque nace de una necesidad innata, se puede y se debe trabajar para crearlo y potenciarlo. No obstante, queremos aclarar que tener un apego inseguro durante la infancia no quiere decir que necesariamente se tengan problemas irreversibles ya que el vínculo de apego se puede aprender y fortalecer en cualquier momento de la vida.  


Fuente consultada: Álvaro Bilbao: “Apego seguro”







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