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¿Qué puedes hacer si tu hijo ya ha visto o si consume pornografía?


pero, ¿qué hacer si tu hijo ya ha visto o consume pornografía? En este artículo te damos consejos muy útiles para afrontar esta situación.



Aspectos generales


Infórmate y fórmate. El primer paso es estar bien informado. Saber cuál es el impacto del consumo de pornografía online a nivel mental, físico y relacional, datos concretos sobre dónde se consume y cómo, señales que pueden indicar que nuestro hijo puede estar visualizando pornografía...


Asegúrate de que tu hijo recibe una educación afectivo-sexual adecuada. En caso de que aún no lo hayas hecho, te recomendamos que os toméis un tiempo para abordar este tema. Si necesitas ayuda para hacerlo, te animamos a que leas nuestro contenido sobre sexualidad.


Maten la calma. Entendemos que descubrir que tu hijo consume pornografía puede disgustarte, sorprenderte e incluso enfadarte. En este caso, lo mejor es que te des un tiempo para asimilar la noticia y para tranquilizarte. Creemos que es esencial que antes de enfrentar el tema con tu hijo, estés calmado y con tus ideas bien ordenadas.


Habla con tu hijo. Este tema sólo se puede afrontar desde la comunicación y el diálogo. De forma general, es importante que tengas en cuenta estos factores:

o Sé natural y directo. “Cariño, sabemos que has visto porno”

o Adopta un enfoque sin culpa. “Entendemos que hayas sentido curiosidad y que después no hayas sido capaz de dejar de hacerlo”

o Descubre lo que ya sabe. “Nos gustaría que nos contases cómo has encontrado estas páginas” “¿A qué conclusiones has llegado después de ver esto?”, “¿Entiendes lo que ves o hay algo que no?”…

o Pregunta cómo se siente. ¿Qué piensas sobre todo esto?, ¿Cómo te sientes?

o Transmite mensajes positivos. “Sabemos que esto es embarazoso para ti pero puedes confiar en

nosotros”, “Te seguimos queriendo igual aunque lo que hayas hecho no esté bien”


➤ Muéstrate siempre disponible para hablar y comunicarte con ellos. Basa la comunicación en la confianza y comprensión. Sólo hablando conseguiréis llegar a las soluciones.


Ayúdale a pensar sobre este tema de forma crítica. El pensamiento crítico nos permite analizar y reflexionar sobre lo que es correcto y sobre lo que está alineado con nuestros valores. Sin duda, debemos enseñar a pensar a nuestros hijos porque de lo contrario, es probable que se dejen arrastrar por las tendencias, modas o por lo que hace el resto de sus compañeros. El pensar de forma crítica ayuda a prevenir muchos de los problemas de los niños y jóvenes (acoso escolar, adicciones, conductas vandálicas…) pero también es una buena herramienta para afrontar temas como el de la pornografía.

Cuando hables con tu hijo sobre la pornografía, ayúdale a que piense y que profundice. No es cuestión de que te dé la razón sin más, sino que reflexione y valore las consecuencias de ese tipo de comportamiento (visión distorsionada del sexo, confusión entre afecto-sexo, normalización de conductas vejatorias, adicción...)

Es importante que entiendan que no todo lo que ven es real, ni correcto o adecuado


Si necesitas información sobre cómo favorecer el pensamiento crítico, te animamos a que visites este apartado de nuestra web.


Deja claro cuáles son tus reglas sobre la pornografía. "No está bien ver videos donde las personas están sin ropa (para niños pequeños) o donde aparecen escenas pornográficas (para mayores). Si en algún momento te encuentras algún video de este tipo, dímelo y te ayudaré a gestionarlo”


Además, os comentamos algunos de los errores más comunes que podemos cometer:

- Usar la vergüenza como castigo.

- Quitar el acceso a internet.

- Verte a ti mismo como un fracaso.

- Presuponer y etiquetar. Descubrir que un hijo ha consumido o consume pornografía no significa que sea un adicto.



Las reacciones negativas por tu parte no ayudarán a que tu hijo entienda las consecuencias del consumo de pornografía. Lo que se consigue con estas actitudes es que se encierren en sí mismos dificultando la comunicación.



¿Cómo abordar el tema según la edad?


La página internetmatters.org ofrece, de la mano de la Dra. Linda Papadopoulos, unas guías para padres de lo que se debe y no se debe hacer a la hora de hablar sobre la pornografía con hijos.

También nos hemos basado en los contenidos de la plataforma Defend Young Minds que trabaja para la lucha y defensa de la salud mental y del bienestar de niños y jóvenes.


Hemos realizado una división por edades para organizar mejor la información. No obstante, te animamos a que revises todas las edades ya que incluimos muchas recomendaciones que te pueden ser de gran ayuda.


6 a 10 AÑOS


Obtén información sobre lo que ha visto. Cuanta más información tengas, mejor podrás abordar la situación.


“Defend Young minds” nos propone unas preguntas para hacer a nuestro hijo si hemos detectado ha visto pornografía.


- ¿Puedes decirme lo que has visto?

- ¿Entendías lo que viste? ¿Tienes alguna duda?

- Cómo te sentiste?

- ¿Qué sintió tu cuerpo?

- ¿Las imágenes siguen en tu cabeza?

- ¿Qué podemos hacer para hacer que te sientas mejor?

- ¿Cómo podemos evitar que esto vuelva a ocurrir en el futuro?

- ¿Tienes alguna pregunta que hacerme?


Habla del tema en el contexto de las relaciones. Que los niños empiecen a pensar de manera crítica sobre conceptos como el respeto o los límites que hay que establecer en las relaciones con los demás. Sensibilízales sobre lo que son las relaciones saludables.


Transmite seguridad. Comunica de la misma manera que hablarías de otros temas delicados que, por su edad, puede costarle más entender.


Habla con ellos de los límites personales. Ten en cuenta que es normal que los niños sientan curiosidad por el sexo y los cuerpos. Debes ayudarle a que se sienta capacitado para decidir lo que pasa con su cuerpo. El libro “Tu cuerpo es tuyo”, de Lucía Serrano, está muy bien para que los más pequeñitos aprendan a poner límites en relación con su cuerpo y para prevenir los abusos sexuales.


No conviertas el tema del sexo y las relaciones en un tabú. Habla sobre cómo son las relaciones saludables, tanto las amistades como las románticas. Explícales en qué consisten el respeto, la amabilidad, la reciprocidad…

No evites el tema sólo porque son jóvenes, puedes tener una charla apropiada a su edad que luego se desarrollará en años posteriores.


Haz que se habitúe a comunicarse contigo sobre cómo se sienten, sus preocupaciones, inquietudes… Cuando ya han tenido contacto con la pornografía, pueden aparecer dudas o emociones posteriores a su visualización. Deja la puerta abierta para hablar sobre este tema en cualquier momento. Recuerda escuchar activamente, empatizar y validar sus posibles emociones. Desde ahí, será mucho más sencillo el diálogo y el entendimiento.


Enséñale a decir no. La pornografía en ocasiones se consume en grupo. A veces son los amigos los que enseñan este tipo de contenido y por el miedo al rechazo o por pura ignorancia, acaban expuestos a ella. Enséñale a poner sus límites y la importancia de decir que no cuando no se quiere hacer algo.



11 a 13 AÑOS


Incluir el tema de la pornografía en las conversaciones sobre sexo y afectividad. La exposición a la pornografía existe. Que no tengamos constancia de que nuestro hijo la consuma, no quiere decir que no lo esté haciendo. No dejes que la información sobre este tema le llegue a por otras fuentes. Transmite que la pornografía no es sana ni para su cuerpo ni para su mente.


Deja claro que la pornografía engaña al cerebro y genera adicción. Está diseñada para generar sustancias en el cerebro que hacen que te sientas bien durante un corto espacio de tiempo, pero luego genera problemas y puede dañar partes del cerebro. (Esto ocurre a todas las edades. También en cerebros adultos)


Si quieres saber más sobre datos del consumo de pornografía en niños y adolescentes, puedes hacerlo aquí.




Aprovecha las charlas sobre seguridad online (en teléfonos, Tablet…). Entendemos que este tema es incómodo, por eso podéis aprovechar las conversaciones sobre el uso correcto de dispositivos electrónicos para hablar sobre el tema. No ignores el hecho de que puedan encontrarse con estas imágenes o videos cuando naveguen porque aunque no las busquen, las encontraran.


Se claro sobre qué hacer si se encuentran con estas páginas. Cerrar las ventanas en el navegador, hacéroslo saber y hablando con vosotros sobre ello. Asegúrale que no os enfadareis y que el que os lo comunique es un paso muy positivo para poder ayudarles a gestionar la situación.


En el libro “Imágenes buenas, imágenes malas” utilizan el acrónimo PUEDO para facilitar la explicación:


Parar de mirar, cerrar los ojos, cerrar la pestaña, marcharme.

Un adulto de confianza tiene que saberlo.

Etiquetar lo que he visto.

Distraerme con otra cosa.

Ordenar a la parte de mi cerebro pensante que tome las riendas. Hay que explicar que también tenemos

un cerebro más emocional que se deja llevar por la curiosidad, el deseo… En esta situación, tenemos que hacer caso al cerebro pensante que es el que nos ayuda a tomar buenas decisiones.


Favorece una buena comunicación. A estas edades puede costarle comunicarse por miedo a la regañina o por vergüenza. Aclárale que puede hablar contigo en cualquier momento y que ni te enfadarás ni le juzgarás. Además, la comunicación te permitirá explicarle mejor qué es la pornografía, por qué no es buena idea que la consuma y toda la información necesaria para que pueda tomar mejores decisiones.


No cambies tu actitud hacia tu hijo. A ningún padre le gusta saber que su hijo está viendo pornografía pero no dejes que tu decepción o enfado cambien tu relación con él/ella.



Adolescentes


Habla de las representaciones poco realistas que se ven en las escenas de sexo en la pornografía. Hacer énfasis en que las imágenes son, en su mayoría, una combinación de sexo y violencia dictada por unos pornógrafos que utilizan actos extremos para hacer que las personas lo consuman, pero que poca relación tienen con la realidad.


Comenta los cuerpos que aparecen en las escenas pornográficas. Una conversación clave a la hora de abordar el tema de la imagen corporal. Es importante explicar cómo tergiversan la realidad.


Habla del impacto de la sexualización en los jóvenes. Indícaselo cada vez que lo veas, en revistas, en la televisión, en videoclips…



Haz que piense críticamente sobre las imágenes que ve. No dejes que sea espectador pasivo, hazle pensar para que concluya que es ficción y no realidad lo que están viendo.


No permitas que los “pornógrafos” hablen con ellos antes que tú. Tienes la oportunidad de influir en cómo entienden este material.


No le hagas sentir culpable por lo que ha visto. Lo que buscamos es que nos consulten, por lo que debes hacerle ver que estas a su lado. No hagas que sea difícil que acudan a ti.

No olvides hacer un seguimiento regularmente. No está de más hablar de este tema de vez en cuando. Recordar todo lo anteriormente mencionado, evitará que se consuma o se siga consumiendo pornografía.


Si quieres leer el contenido elaborado por internetmatters.org puedes hacerlo aquí.


Como padres y adultos debemos mostrar una postura proactiva en la toma de control de esta situación. El tema de la pornografía debemos abordarlo desde la comunicación y la comprensión.


Si tienes más recursos para abordar este tema, por favor compártelos en comentarios.

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