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Qué es el acoso escolar o bullying



El acoso escolar o bullying se considera un tipo de maltrato entre iguales. Aunque se pueda pensar lo contrario, este tipo de agresiones no sólo dañan a las víctimas sino que también tiene consecuencias para todos los niños que están involucrados. Da igual si tienen un papel más o menos activo, todos pueden verse afectados a nivel social y psicológico.


Este tipo de violencia puede tener múltiples manifestaciones. Pueden ser golpes, empujones, amenazas, insultos, robos, destrucción de la propiedad, exclusión, conductas de tipo sexual… Es importante tener en cuenta que aunque ningún tipo de violencia debe ser justificada ni pasada por alto, para que se considere acoso escolar deben ser hechos mantenidos en el tiempo.



¿Qué tipo de agresiones existen?

  • PSICOLÓGICA. El objetivo es intimidar, humillar, generar miedo y hacer sentir mal.

  • FÍSICA. Se busca dañar físicamente a la persona o a sus pertenencias.

  • VERBAL. La intención es deteriorar la imagen de la víctima a través de rumores, insultos, calumnias… Suelen referirse a características personales como la apariencia, religión, orientación sexual.

  • SEXUAL. Utilizan las conductas sexuales como forma de humillar o ridiculizar al exponerlas a terceras personas en la mayoría de los casos. Hay diversas formas de realizar estas agresiones como por ejemplo convencerle para que les manden fotos intimas y luego las difunden o mostrar supuesto interés afectivo sexual y grabar sin consentimiento los encuentros.

  • AISLAMIENTO. Lo hacen para excluir a la persona de actividades, planes… Este suele ser un tipo de violencia muy común y de los que genera mayor sufrimiento a la víctima.


¿Qué roles existen en una situación de bullying?

  • VICTIMA. Es la persona que sufre el acoso.

  • AGRESOR. Es la persona que ejerce su violencia sobre otra aprovechándose de su posición de poder.

  • ESPECTADOR. Aquel que observa la situación de acoso pero no interviene para que cese. Suelen tomar esta actitud pasiva por miedo a señalarse, convertirse en víctima o incluso para evitar que empeore la situación.

  • REFORZADOR. Animan al agresor a seguir con su comportamiento alabando, incitando, riéndose…

  • COLABORADOR. Facilitan la violencia ayudando al agresor a llevar a cabo su acoso. Le dan información, sujetan a la víctima…

  • DEFENSOR. Actúan para que se detengan la agresión. Pueden hacerlo posicionándose al lado de la víctima, mostrando abiertamente su desacuerdo o haciéndoselo saber a algún adulto.


Estos roles pueden cambiar con el tiempo y ser muy distintos fuera de la situación concreta. Por ejemplo, no es raro encontrar a niños que son víctimas en un contexto y agresores en otro y viceversa. Es decir, la actitud que se toma ante estas situaciones puede variar dependiendo de las circunstancias. No obstante, de los estudios e investigaciones sobre el tema se pueden extraer unos perfiles, que aunque no tienen que darse en el cien por cien de los casos, si nos ayudan a saber qué elementos influyen en estos roles. Veamos los principales:


VÍCTIMA


Personas con dificultad para comunicarse y mantener relaciones con sus iguales. 
Tienen la sensación de que las agresiones no acabaran y se sienten incapaces de defenderse de forma efectiva. 
Tienden a llevar acabo estrategias de afrontamiento más pasivas y en raras ocasiones piden ayuda. 
Hay grupos que tienen más probabilidades de ser víctimas debido a su raza, religión, nivel cultural y económico, orientación sexual, discapacidad o enfermedad y apariencia. 





AGRESOR


Poco empáticos y egocéntricos. Buscan el protagonismo. No suelen sentir culpa ya que encuentran una justificación para sus actos. 
Dificultad para negociar o llegar a acuerdos. Imponen sus puntos de vista. 
Suelen ser inseguros y encuentran en el acoso una forma de autoafirmarse. Muestran altos niveles de susceptibilidad. 
Se frustran con facilidad por lo que intentan salirse con la suya. Pueden saltarse las normas o intimidar a otras personas con tal de conseguir sus objetivos. Son muy competitivos. 
Poco autocontrol. Tienen dificultad para manejar emociones como el enfado. Son impulsivos. 
En la mayoría de los casos, el estilo educacional ha sido autoritario, con poca comunicación y mucha imposición, o sobreprotector, pocas normas y sin oportunidad para aprender a negociar o desarrollar la empatía. 

El rol de reforzador y colaborador suelen compartir características con el de agresor. Normalmente no son tan marcadas pero se puede decir que el perfil es similar.


ESPECTADOR


No interpretan como violencia hechos que en realidad sí lo son. 
Actitud pasiva ante la injusticia y hacia todo en general.
Se mantienen al margen de situaciones en las que no son protagonistas. 
Poca o nula capacidad para resolver problemas o situaciones complejas. 
Miedo a convertirse en víctima o quedar excluido del grupo. 


¿Qué consecuencias psicológicas tiene el acoso?


En ocasiones se puede pensar que la única parte perjudicada es la víctima del acoso pero nada más lejos de la realidad. Aunque evidentemente la víctima sufre muchísimo, de alguna manera todos los implicados, con independencia de su rol, salen perjudicados. Problemas de autoestima, dificultad para gestionar emociones, problemas para relacionarse de forma constructiva y sana con los demás, bajo estado de ánimo, problemas de conducta…


El objetivo de este artículo es que dispongas de información precisa sobre esta realidad. Que puedas conocer mejor qué es el acoso escolar y las principales características de los implicados.

Aunque no sea agradable pensar en ello, nuestro hijo puede tener cualquiera de los roles anteriormente mencionados. Queremos ayudarte a prevenir y afrontar el acoso desde el ámbito familiar.


 

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