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¿Qué entendemos por autonomia?


Ser autónomo es la capacidad de actuar desde la libertad, escogiendo entre las distintas opciones y tomando nuestras propias decisiones.

Para ser autónomo es necesario ser independiente. Es decir, tener la capacidad de hacer las cosas por uno mismo y resolver las dificultades sin depender de los demás.

Como padres primero debemos enseñarles a desenvolverse en el mundo, pero después, debemos dejarles espacio para que vayan decidiendo y actuando en función de sus propios criterios.





¿Por qué es importante practicar la autonomia?

Todos sabemos que es importante educar en autonomía pero ¿sabemos hasta qué punto? Hemos recopilado algunos de los principales beneficios.

1. Fortalece las relaciones con los demás. Los estudios indican que los niños independientes tienen mayor iniciativa y facilidad para las relaciones sociales.

2. Mejora la autoestima y el concepto de uno mismo. Sentirse capaz de hacer cosas nuevas e ir dominando aquellas aprendidas anteriormente, hace que se sientan válidos y capaces. Quizás incluso se atrevan a enseñar a sus hermanos y compañeros estas habilidades y también a enfrentarse a nuevos retos. Se reduce el miedo a cometer errores ya que los consideran como parte del aprendizaje y no como un “defecto o punto débil”. El concepto de uno mismo mejora sustancialmente cuando nos sentimos preparados para afrontar retos.


3. Aumenta la colaboración y cooperación. Si en lugar de hacer todo por ellos, les enseñas y asignas ciertas funciones, se harán más responsables y autónomos. Por ejemplo, en casa es importante que tengan sus propias tareas y que entiendan lo importante que es su ayuda. Además, favorecerá un buen ambiente en el hogar y les hará más solidarios y cooperativos con su familia y con el mundo que les rodea.

4. Mayor respeto a los límites y las normas. Los niños que son más independientes y autónomos, tienen más autocontrol y por lo tanto menos impulsividad. Para ir ganando su autonomía probablemente han tenido que ir demorando la gratificación, decidir entre opciones, valorar pros y contras… Esto sin duda les ayuda a respetar más las normas.

5. Mejora de la capacidad organizativa y de concentración en el ámbito académico. Para que adquieran hábitos de estudio deben entender que es una de sus responsabilidades más importantes. A medida que hagan sus tareas por su cuenta y elaboren sus propios métodos de estudio, irán entrenando estas capacidades intelectuales. Se irán comprometiendo más y esto generalmente se reflejará en unos buenos resultados. En un primer momento puede parecerte que les haces un favor al hacer los deberes con ellos, pero esto les crea dependencia en el futuro. En lugar de acostumbrarlos a que hagas sus tareas, tienes que enseñarles a hacerlas por su cuenta.

6. Se desarrolla la fortaleza y disciplina interna. La independencia y la autonomía contribuye a que dispongan de más recursos para afrontar situaciones difíciles. También desarrollan más la fuerza de la voluntad y el esfuerzo como medio para conseguir sus objetivos.



7. Ayuda a definirse como individuos. Tener parcelas de autonomía e independencia desde temprana edad ayuda a descubrir preferencias, gustos… Van definiendo un criterio propio que luego se puede traducir en las optativas que escogen en el colegio, en el estilo vistiendo o en el grupo de amigos que tienen. La autonomía es imprescindible para que elaboren su propio criterio y puedan tomar sus propias decisiones dentro de su escala de valores. Además, definir su personalidad les ayuda a no dejarse influenciar por los demás y a escoger el camino correcto. Es importante que les ofrezcas un diálogo abierto para que te hagan partícipe de sus descubrimientos y avances.


Viendo todas estas ventajas, parece muy útil entrenar a nuestros hijos en este valor. Si te interesa saber cómo llevarlo a cabo, te animamos a que sigas leyendo nuestras propuestas prácticas.


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