Niños aburridos, niños creativos
¿Te viene a la mente el niño jugando con el envoltorio del regalo en lugar de jugar con el juguete que tanto te ha costado elegir? Seguro que sí porque los niños tienen el don de la imaginación y la creatividad. Si les dejas a su aire y dejas que su mente divague, pueden llegar a hacer maravillas.
Los padres de hoy en día nos preocupamos si vemos a nuestros hijos aburridos. Saltan todas las alarmas y comenzamos a idear un plan estratégico contra el aburrimiento porque… ¿Quién puede aguantar a un hijo aburrido? o ¿Qué tipo de padre soy si dejo que mi hijo se aburra y “lo pase mal”? Pero tranquilo, porque con el aburrimiento emana la imaginación y brota la creatividad y eso, es bueno.
Además con tanta estimulación (actividades extraescolares, nuevas tecnologías, deberes…) los niños apenas tienen tiempo para aburrirse y si por casualidad se encuentran con un minuto de “no tener nada que hacer”, se ven incapaces de gestionar su aburrimiento e inventarse su propio juego. ¡¡Cómo van a conseguirlo si no les hemos dado la oportunidad de aprender a hacerlo!!
Debemos comenzar a ver el aburrimiento como una oportunidad y como una ocasión para potenciar la imaginación.
Dales tiempo y espacio porque aunque parezca que no, la imaginación enriquece nuestras experiencias, facilita el desarrollo de la empatía, nos ayuda a visualizar nuestras decisiones y cambios y desarrolla la creatividad.
Estas pequeñas dosis de aburrimiento les permiten desarrollar la curiosidad, el juego, la observación, a tolerar la frustración… Les aporta seguridad cuando las cosas no salen a la primera porque saben que pueden idear otra fórmula y les ayuda a ser más independientes y autónomos.
Si quieres que tus hijos sean creativos y resueltos lo primero es dejar que se aburran de vez en cuando y si quieres que el cambio sea más rápido estas ideas pueden ayudarte:
Fomenta su autoestima. Deja que se fijen sus objetivos, escucha sus ideas por alocadas que parezcan, responde sus preguntas, valida sus planes…
Deja que jueguen libremente. Intenta proporcionarles espacios en los que el juego no esté estructurado ni guiado.
Ponles en contacto con la naturaleza. Un día en el campo es la mejor forma de que aparezca el aburrimiento y la posterior creatividad. Invítales a que saquen provecho de todo lo que la naturaleza les puede ofrecer. En el artículo “Conectar de nuevo con la naturaleza” te damos algunas ideas.
No abarrotes su agenda de actividades. Aunque creas que es importantísimo que sepa tocar un instrumento, hacer deporte o aprender un idioma, dosifica las obligaciones dejando espacios en blanco en los que poder descansar y estar relajado.
No les sobreprotejas. Deja que hagan, se equivoquen, decidan, aprendan de sus errores, descubran cosas nuevas…
Anímales a leer e inventar historias. Recuerda que en nuestra sección de Más Recursos puedes encontrar algunas ideas.
Fomenta el gusto por el teatro y la representación. Inventarse y representar una obra de teatro en Navidad o en cualquier otra fecha señalada es una magnifica costumbre que contribuye a desarrollar la creatividad y al entretenimiento genuino de toda la familia.
Controla las pantallas. Ladrones de tiempo y creatividad por excelencia.
Las actividades organizadas benefician y ayudan en el desarrollo físico, cognitivo, y social de un niño. Pero también necesitan tiempo para soñar despiertos, observar sus mentes, descubrir lo que les gusta y por qué no, para disfrutar un poco de la niñez.
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