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MI HIJO COME MAL, ¿QUÉ PUEDO HACER?

El momento de la comida es un problema para muchas familias. Hay niños a los que les cuesta probar alimentos nuevos, son muy remolones o sólo quieren comer las mismas cosas.


Como ocurre con cualquier otro hábito necesitarás tener paciencia, constancia y mucha mano izquierda.





A continuación te ofrecemos algunas ideas para que tu hijo coma mejor:  


1.- Detecta cuál es el problema. No todos los niños comen mal por la misma razón por lo que tendrás que analizar la situación concreta de tu hijo. Puede ser que no le gusten sabores, no tiene hambre, está cansado… Esto es habitual cuando se pasa el día fuera. Normalmente se come peor, hay muchas actividades, más excitación… En estos casos es normal que no tenga hambre y que lo que necesite sea dormir.

Un factor importante a tener en cuenta es si sólo come mal en casa o come mal en cualquier lugar y circunstancia. Tener en cuenta esta información te ayudará a abordar mejor la situación.


2.- Crea un ambiente positivo alrededor de la comida. Entendemos que puede ser desesperante cuando un niño no come bien ya que se mezcla la frustración con la preocupación de que no ingiera todos los nutrientes que necesita. Si esto te preocupa quizás no sepas que hoy en día comemos mucho más de lo que necesitamos y que una de las claves de la salud es alimentarse bien pero en cantidades reducidas.


No obstante, debes procurar que no se genere tensión ni tampoco obligar a que coma a la fuerza.


Queremos advertirte de un riesgo. Si tu hijo no quiere comer y empleas técnicas de distracción como contarle un cuento, hacer el avión o similares, tu hijo puede acabar dependiendo de ese tipo de juegos y de ti para comer.

La irritación, las exigencias, los castigos y la atención que dispensamos a la conducta de no comer, agravan el problema y pueden llegar a producir que tu hijo rechace la comida.


Por otro lado, para que haya buen ambiente es muy importante evitar distracciones como pantallas o juegos. Es un momento para comer y para compartir con la familia mientras se charla sobre el día o se ponen en común anécdotas.



EJEMPLO: Lo que NO se debe que hacer


3.- Hazle partícipe. Que tu hijo tome un papel activo en lo relativo a la comida es muy positivo. Veamos algunas ideas para conseguirlo:

  • Involucrándolo en la elaboración del menú. Una vez tengas ideado el menú puedes pedirle que lo ponga por escrito y que lo decore para colgarlo en la nevera. Esto le entretiene y le ayuda a anticipar lo que toca para comer.

  • Haciendo la lista de la compra y yendo a comprar. Sobre el menú ideado, puede listar los alimentos que serán necesarios y responsabilizarse de encontrar algunos de ellos en el supermercado.

  • Cocinando. Los niños cuando son pequeños sienten curiosidad por casi todo y además les encanta imitar a los padres. Una buena forma de que estén en contacto con distintos alimentos y que coma con más interés es mediante el cocinado. Depende de la edad pero desde pequeños pueden batir un huevo, remover, ir leyendo la receta para que no se te olvide ningún paso…





4.- Busca el momento. En ocasiones los niños no comen porque tienen otras necesidades como por ejemplo cuando tienen sueño. En ese caso es mejor que duerman y después coman.


Por otro lado es importante idear unos horarios, que aunque flexibles, supongan un orden para llegar a las comidas con hambre y para poder predecir que ya va llegando la hora de comer. Esto aumenta la probabilidad de comer todo lo que tenemos en el plato.


5.- Dale las comidas en este orden:

1º El plato que menos le gusta. Se sirve poca cantidad para que se vaya acostumbrando poco a poco al sabor, textura… Cuando se lo acabe, se le ofrece un poco más pero si no quiere, no se insiste.

2º El plato que más le gusta.

3º Postre.


Si vas a introducir un alimento nuevo hazlo cuando tenga mucha hambre y luego el alimento que le gusta como incentivo.


Los alimentos que les cueste más comer se dan en pequeñas cantidades y éstas se van incrementando a medida que vaya acostumbrándose a ellas. Un recurso muy útil es darle a probar lo que tú estás comiendo. ¡El poder de la imitación es impresionante!


Es importante que no hagas comidas “al gusto de cada uno”. Se debe comer lo que se ha programado. Si tienen otras opciones nunca se animaran a probar cosas nuevas. 

También debes tener en cuenta que el apetito de tu hijo puede fluctuar. Esto es totalmente normal, de hecho también nos pasa a los adultos. Esto quiere decir que puede que haya días que deje un poco en el plato y otros días que pida más comida. Aunque hay que mantener unos mínimos y asegurarnos de que está bien alimentado, te recomendamos que seas flexible y que tengas en cuenta todas las circunstancias.


Puede ocurrir que tu hijo no muestre apetito y no quiera comer. No pasa nada por saltarse una comida de forma ocasional si es por este motivo. Si tu hijo suele tener poca hambre es mejor que evite comer entre horas para llegar a las comidas con ganas.


6.- Consecuencias. Si tienes un hijo que come regular o mal puedes hacer uso de los incentivos como motivador ante las mejorías por pequeñas que sean.  Además, si la consecuencia está relacionada con la comida, mucho mejor. Algunos ejemplos pueden ser: elegir una comida a su gusto, comprar algo en el supermercado que le apetezca, hacer una receta juntos… Es una buena forma de motivar además de ser constructiva.




También creemos que es importante enseñar a comer bien y a tener buenos modales en la mesa. En este punto se puede emplear el elogio no sólo por tomar todo lo del plato sino por hacerlo solo, con la boca cerrada, usando bien los cubiertos, sin poner el codo en la mesa…


7.- Y hablando de modales, ¿qué hacer si tu hijo se porta mal en la mesa de forma reiterada? Si alborota, pega a los demás, tira la comida al suelo deliberadamente… Lo mejor es sacarle un rato de la situación para que se calme. Una buena idea es que se vaya al rincón de la calma. Una vez tranquilo, vuelve a la mesa y si se porta mal de nuevo se da por finalizada la comida.  Todo esto como ya sabes, se avisa con antelación.


8.- Si tu hijo es muy remolón o come demasiado lento, puedes utilizar la técnica del reloj. Consiste en mostrarle un reloj, preferiblemente de agujas, e indicarle que cuando la aguja llegue a tal número se habrá acabado la hora de comer. Si en ese tiempo no se ha comido todo, se retira el plato y se guarda lo sobrante para la siguiente vez. Debemos darle tiempo suficiente, aunque no excesivo, e irle avisando cada rato simplemente diciéndole que ya se le va agotando el tiempo.


Si ya sabe comer solo, no caigas en el error de hacerlo tú por él para que vaya más rápido. Es mejor que deje algo de comida en el plato pero que coma solo.

 

Como siempre decimos, este tipo de técnicas o estrategias son avisadas con antelación.


9.- Sé un modelo. Si tú no tienes buenos modales en la mesa, dejas la comida en el plato, no comes determinados alimentos porque no te gustan o estás utilizando pantallas durante las comidas, no podrás pedirle a tu hijo nada de lo que hemos expuesto a lo largo del artículo. Tu actitud hacia la comida es muy importante para que tu hijo tenga buena relación con ella.







10.- Si quieres confeccionarles menús sanos y equilibrados, así como ahondar en el tema de la alimentación, te recomendamos este capítulo:  “Cuida tu dieta y adquiere buenos hábitos de alimentación”. 

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