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LOS PROBLEMAS DE LA EDUCACIÓN PERMISIVA

Durante décadas, se han estudiado los diferentes estilos educativos adoptados por las familias en la educación de los hijos, con la intención de dilucidar cuál es el más apropiado para desarrollar en ellos un sistema de apego seguro y lograr que sus comportamientos, valores y actitudes hacia la vida sean el correctos. Aunque la psicología ha arrojado conclusiones y evidencias sobre las ventajas de un sistema familiar fundamentado en la disciplina amable….


Educación permisiva

Muchos padres que han crecido en entornos autoritarios rechazan ese modelo y, por miedo a repetirlo, terminan cayendo en una crianza sin normas ni límites. Sin embargo, los padres no deben perder su rol, ya que su función no es ser amigos de sus hijos, sino guiarles con amor y autoridad.


La autoridad ha sido desprestigiada en la educación moderna, en parte por la idea de que frustrar a los niños puede ser dañino. Esto ha llevado a muchos padres a evitar poner normas por miedo a ser considerados anticuados o a perjudicar de alguna manera a sus hijos. No obstante, una educación sin límites no es sinónimo de libertad, sino de caos. Los niños necesitan normas para sentirse seguros y aprender a manejar la frustración y otras emociones difíciles.


Un sistema educativo sin reglas o excesivamente permisivo  es como un reglamento de tráfico que permitiera a cada uno conducir por donde quisiera. Sin normas, los niños pueden convertirse en pequeños tiranos, incapaces de enfrentar la realidad. La falta de hábitos y rutinas dificulta su desarrollo y los hace más vulnerables cuando enfrenten dificultades en la vida adulta.


Características y consecuencias de una educación permisiva


La educación permisiva se caracteriza por:


  1. Falta de normas y límites: No se establecen reglas claras o no se hacen cumplir.

  2. Poca exigencia: No se espera que los niños asuman responsabilidades.

  3. Alta indulgencia: Se cede a sus deseos sin restricciones.

  4. Ausencia de disciplina: No hay consecuencias claras por un mal comportamiento.

  5. Confusión de roles: Los padres actúan más como amigos que como figuras de autoridad.

  6. Excesiva autoexpresión sin guía: Se fomenta la libertad sin supervisión y acompañamiento adecuados.


Consecuencias negativas de una educación permisiva


Una educación permisiva puede parecer muy atractiva porque parte de la idea de evitar conflictos y darle mucha libertad a los niños, pero también puede traer consecuencias que no siempre son las mejores para ellos a largo plazo. Te contamos algunas algunos efectos desagradables de la permisividad, para que lo veas con perspectiva:


  1. Dificultades para manejar límites y seguir normas y reglas: Cuando no hay normas claras o consistentes, los niños pueden crecer sin entender bien hasta dónde pueden llegar o qué se espera de ellos. Esto les puede generar inseguridad, porque los límites, aunque no lo creas, les dan estabilidad. Al no haber aprendido a respetar normas en casa, pueden tener problemas para adaptarse a reglas escolares y sociales.


    Consecuencias de la educación permisiva

  2. Baja tolerancia a la frustración: Al no saber gestionar límites y negativas, los hijos se frustran fácilmente cuando algo no sale como quieren. Si todo se les permite, les puede costar trabajo aprender a tolerar la frustración o a esperar. Esto se refleja en dificultad para manejar emociones o adaptarse a situaciones donde no siempre pueden tener lo que quieren.


  3. Falta de autocontrol  y de autorregulación emocional: Pueden tener dificultades para regular sus emociones y controlar impulsos, afectando a su comportamiento.


  4. Relaciones complicadas con los demás: Un niño que siempre tiene todo a su gusto puede tener problemas para entender que los demás también tienen necesidades. Esto puede llevar a conflictos en la escuela, con amigos o incluso más adelante en su vida. Dificultades para compartir o para guardar su turno


  5. Baja autoestima: Aunque parezca contradictorio: una educación demasiado permisiva puede hacer que los niños se sientan menos valorados. Si no hay un adulto que los guíe o les ponga límites con cariño, pueden interpretar que no importan lo suficiente como para que alguien se esfuerce en orientarlos.


  6. Falta de preparación para la vida adulta: La vida está llena de normas, responsabilidades y desafíos. Si no se les enseña desde pequeños cómo lidiar con esto, cuando sean mayores, pueden sentirse desbordados.


  7. Hacer niños egoístas: resultado de sentir que los únicos importantes son ellos. Lo que puede generar un egoísmo absoluto.


  8. Niños tiranos y despóticos: que maltratan a sus padres, a los profesores y a otros compañeros y por ende son incapaces de ser felices.


No te pierdas los próximos artículos de esta guía en los que te daremos pautas para establecer límites por edades.


 

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