Lo que se habla en la mesa importa
Tan importante es establecer límites y normas para educar a nuestros hijos y mejorar el ambiente familiar, como lo es aumentar los gestos de cariño y la amabilidad en casa.
Un buen momento para hacerlo son los ratos de reunión alrededor de la mesa. Ya sea en el desayuno, la comida o la cena, se nos presenta un espacio ideal para comunicar, conocer mejor al otro, educar a los hijos y crear buenos recuerdos.
Sin embargo muchas veces este momento se convierte en un campo de batalla con discusiones, quejas, reproches o silencios. No permitas que esto ocurra y si quieres sacar el máximo partido a vuestros ratos en familia, estos consejos pueden ayudarte a conseguirlo.
En primer lugar lo mejor es evitar hablar de conflictos familiares en este momento.
Procura tener previstos temas atractivos para ellos e iniciarlos antes de que empiecen a discutir o chincharse. Es importante que haya un moderador que vaya dando el turno de palabra. Este rol puede ser rotatorio. Les ayudara a aprender a ejercerlo y a descubrir la importancia de respetar y escuchar las intervenciones de cada uno.
Inicia las conversaciones presentando temas con mensajes positivos, educativos y divertidos. Si lo que están hablando los niños es desagradable para la hora de la comida o inapropiado, redirige la conversación y hazles una pregunta que conduzca a otro tema. Algunas preguntas para fomentar un ambiente constructivo y agradable pueden ser:
¿Cuál fue el mejor momento del día?
¿Cuál fue el momento más difícil del día? ¿Cómo lo resolviste?
¿Estás agradecido/a por el día de hoy? ¿Por qué? Es muy importante que los padres pongan el ejemplo sobre todo lo que están agradecidos.
¿Qué aprendiste en el día de hoy?
¿Has ayudado a alguien en el día de hoy o alguien te ha ayudado?
¿Qué ha hecho algún miembro de la familia recientemente por ti por lo que estés agradecido?
¿Qué tienes muchas ganas de hacer?
Si te otorgaran tres deseos, ¿cuáles serían?
Elegir temas en sólo una palabra: se escoge un tema (escuela, deporte, televisión, amigos, héroes, ropa, decisiones, música, política, espiritualidad, hobbies etc.) y cada uno (en cualquier orden) puede decir lo que le venga a la mente sobre ese tema.
También podéis aprovechar para planear actividades del fin de semana o las siguientes vacaciones.
Pero como no siempre será posible evitar temas conflictivos, lo mejor es ocuparse del tema y centrarse en buscar una solución para prevenir que aparezca una fuerte discusión. En este caso tienes que tener en cuenta algunas cosas:
La clave para hacer de una charla sobre un conflicto un momento de aprendizaje es delimitar el problema e inmediatamente, entre todos, pensar soluciones: “¿Cuál es el problema y cuál es la mejor solución?”
También es importante evitar comentarios irrespetuosos o señalar a alguno de los miembros de la familia: “Esto ha sido culpa de Juan”, “María siempre inicia los conflictos”…
Anima a tus hijos a buscar soluciones que sirvan para aprender estrategias de resolución de problemas. Si se tuviera que establecer algún castigo o consecuencia negativa por una mala conducta, debes intentar que entiendan qué ha estado mal en su comportamiento y cómo es la forma adecuada de actuar.
Como hemos comentado antes, el ejemplo de los padres es de mucha importancia para mejorar el ambiente y el vínculo familiar. Cuando queremos mejorar la comunicación con nuestros hijos y su comportamiento, debemos asegurarnos de estar siendo congruentes y ser un buen modelo.