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El uso de las pantallas durante las vacaciones



Después de unos meses en los que hemos abusado de las pantallas más que nunca, parece interesante aprovechar el verano para desconectar un poco de ellas. Además, los expertos siempre nos recuerdan lo importante que es para nuestra salud psicológica ponerse de vez en cuando en “modo avión”.


Aunque la tecnología forma parte de nuestras vidas y es muy útil, no debemos normalizar se vea monopolizada o dominada por los dispositivos digitales. Todas estas herramientas pueden convertirse en un arma de doble filo si no hacemos un uso adecuado de ellas.


El verano suele ser una época en la que las normas y reglas familiares se suelen relajar y en casa somos mucho más permisivos con los horarios, obligaciones… Además, corremos el peligro de favorecer hábitos inadecuados que impidan desarrollar otras actividades más interesantes y constructivas. Si nuestros hijos se acostumbran a estar meses jugando durante horas a la videoconsola, horas delante del ordenador y horas con el móvil, cuando las vacaciones se acaben y tengamos que volver a la rutina del nuevo curso, puede que nos encontremos con dificultades para cambiar esas rutinas.


¿Qué podemos hacer para prevenir estas dificultades? Estos son nuestros consejos para que las pantallas no se conviertan en un problema:


1. Planifica un horario general


Organizar una estructura vital básica ayuda a no abandonar los hábitos que se han ido adquiriendo durante el curso. Hora aproximada de dormir y despertar, actividades lúdicas, obligaciones domésticas… Un horario flexible pero que organice el día de nuestros hijos es muy útil para que la convivencia mejore, para que se aproveche mejor el tiempo y para que la vuelta al cole sea más llevadera.

Cuando existe esta estructura, hay menos lugar para el aburrimiento, el descontrol o los imprevistos que son sin duda, razones por las que uno termina recurriendo a las pantallas.


2. Reserva espacios con y sin pantallas


Una vez que esté claro el horario general, tendremos que determinar en qué momentos o lugares está permitido el uso de las pantallas y durante cuánto tiempo. Te recordamos que el tiempo de exposición debe ser el menor posible y que en caso de los más pequeños no está recomendado su uso.


Te recomendamos que calcules el promedio del tiempo que habitualmente se usan las pantallas en casa. Una vez que conozcas este dato, lo ideal sería irlo reduciendo hasta llegar a las recomendaciones anteriores o al menos, hasta acercarte a ellas. Como sabemos que con los adolescentes este tipo de asuntos se suele complicar, te animamos a que negociéis y lleguéis a un acuerdo que os satisfaga a todos.


En esta línea, las aplicaciones de control parental pueden ayudarte. Estas son algunas de las que más nos gustan: Qustodio, Secure Kids o Family Link


Por otro lado, reservar momentos familiares sin pantallas es beneficioso para toda la familia y muy importante para regular su uso. En la mesa, mientras se estudia, en la playa, piscina, mientras se hace otra actividad, en el cuarto de baño o mientras se duerme… Estos son algunos ejemplos de espacios donde la tecnología debería dejarse a un lado para darle oportunidad al diálogo y la diversión en familia. En el resto de ocasiones, su uso deberá estar controlado y acordado previamente como acabamos de comentar.



3. No usar las pantallas como recurso multiusos


Cuando salimos de casa, en el momento de la siesta o cuando simplemente necesitamos algo de tranquilidad, podemos caer en la trampa de ofrecer el móvil o la Tablet para que no se aburran, para que dejen de molestar o para que se relajen. Aunque podemos utilizarlo de forma puntual para estos fines, no debemos convertirlo en una costumbre.


  • Lince viajero. Perfecto para trabajar la atención, memoria y la agilidad visual. Ver

  • Topologix. Una actividad que le distraerá durante un buen rato. (3-6 años) Ver

  • Dominó. Un juego tradicional con el que pueden distraerse pequeños y mayores (A partir de 2 años) Ver

  • Geoform. Tendrán que crear la figura propuesta a partir de las fichas de las que disponen. En este caso las fichas son magnéticas por lo que es más difícil perderlas.(3-6 años) Ver

  • Kietoparao. Un kit de juegos que se convertirán en la alternativa perfecta a las pantallas. Ver

4. Ocio alternativo


Otra manera de poner a raya a las tecnologías es favorecer un ocio variado y alternativo en casa. Más allá de esos momentos puntuales de aburrimiento en los que podemos utilizar recursos como los anteriormente mencionados, cuantas más opciones e inquietudes tengan, menos probable es que recurran a las pantallas.


Hay muchas cosas que puedes proponer para el ocio compartido y en familia. En este artículo puedes encontrar algunas ideas.


Las actividades que sin duda tendrán más éxito serán aquellas en las que empleen sus fortalezas y se sientan válidos. Escucha sus propuestas sobre actividades como pintura, cocina, deportes, inventos, idiomas… Hay que ser creativos y no olvidarnos de que hay muchas alternativas saludables a las tecnologías, sobre todo durante el verano.




5. Anímale a ver a sus amigos


A veces los niños y adolescentes sustituyen la comunicación real con la virtual y con eso se sienten satisfechos. Aunque la relación a través de las redes ha venido para quedarse, debemos propiciar también encuentros con sus amigos “cara a cara”. Meriendas, excursiones, viajes, fiestas de pijamas, pasar el día en la piscina, salir a dar una vuelta…


Lo cierto es que cuando vean todas las ventajas que tiene pasar tiempo real con otras personas es probable que dejen de lado las pantallas, al menos por un tiempo ☺




6. Un día sin pantallas


Pese a suponer todo un reto, pasar un día sin pantallas os puede mostrar lo que significa tener tiempo de calidad en familia. La idea es que escojáis entre todos un día, en el que sólo habrá un móvil activo y sólo para emergencias (podéis, por ejemplo, habilitar únicamente la posibilidad de realizar llamadas). (*Si crees que un día entero es demasiado, puedes empezar probando con una tarde o una mañana de detox digital).


La experiencia familiar resultará muy enriquecedora. Si no tenemos las pantallas para robarnos el tiempo, es probable que demos rienda a nuestra imaginación y encontremos la forma de pasarlo bien y de conectar con los demás. También tendremos más oportunidades de observar nuestro entorno y aprender de él.

Nuestro consejo es que tengáis pensado de antemano algunas actividades con amigos o en familia para que sea un tiempo agradable y que apetezca volver a probarlo.




7. Tu ejemplo es esencial


Nunca nos cansaremos de repetir esto. Si quieres que tus hijos hagan un uso razonable de las pantallas, tú debes ser su modelo. Si te ven todo el día enganchado al teléfono es poco probable que te hagan caso. Muestra ante tus hijos tu disposición a estar con ellos o realizando otras actividades durante las vacaciones y procura disfrutar de la compañía de tus seres queridos alejado de los dispositivos electrónicos todo el tiempo posible. Así será mucho más probable que ellos hagan lo mismo. ¡Aprendemos más por lo que vemos que por lo que escuchamos!



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