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La importancia del sentido del humor en el hogar


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Aunque se suele decir que no hay mayor alegría que la de ser padres, la verdad es que tener hijos puede convertirse en una fuente de estrés continua. Nuestro ferviente deseo de educarles bien, encargarnos de que tengan buenos hábitos, satisfacer sus necesidades básicas o cuidar de su salud son algunas de las preocupaciones a las que los padres nos enfrentamos a diario. A pesar de esto, hay estudios que revelan que aunque las personas sin hijos mantienen sus niveles de felicidad más estables, son los padres los que gozan de picos de felicidad más altos. Es decir, aunque tengamos que lidiar con miles de pequeños problemas cotidianos, disfrutaremos al mismo tiempo de grandes dosis de bienestar.

Para combatir el “estrés doméstico” no hay nada mejor que el sentido del humor. Recuerda que tus hijos necesitan disciplina y autoridad pero también momentos alegres y divertidos. Fomenta el sentido del humor, ratos de risas, espacios para el juego y conseguirás disfrutar más con ellos al tiempo que os relajáis y liberáis vuestra tensión.

Aprovecha que tus hijos están en la edad de la “risa fácil” y promueve el sentido del humor.

¿Por qué es tan importante el sentido del humor?

  • Un ambiente risueño y positivo aumenta la confianza y la confidencia. Esto es importante porque nos abre otra entrada a hablar de intimidades, preocupaciones…

  • Relaja el ambiente tenso y hace más sutil la autoridad.

  • Es un elemento muy deseable en las relaciones sociales.

  • Aviva la inteligencia.

  • Es una herramienta estupenda para hacer frente a momentos difíciles.

¿Qué sucede cuando hay un hogar poco risueño?

Aunque probablemente ya no existan las familias rígidas y serias de las novelas de Charles Dickens donde parecía que las risas eran algo malo, es posible que nuestro cansancio, el estrés o las preocupaciones nos agrien un poco el humor y no nos apetezca más que ver la televisión, leer o dormir.

Aunque no seamos gruñones o serios, si no solemos reír o jugar con nuestros hijos estamos contribuyendo a generar un ambiente triste o aburrido en casa que rompe con el buen ambiente familiar.

Nuestra sugerencia: ¡Colguemos los problemas en el perchero al entrar a casa! Estar de buen humor no cuesta demasiado y será muy gratificante tanto para nosotros como para nuestros hijos. Proponemos algunas estrategias que podemos aplicar para dejar que el buen humor entre en el hogar:

  • Lo primero es tener claro que la alegría y el optimismo en nuestro hogar deben asentarse en el amor y la compasión. Nunca en la burla maliciosa hacia el otro ni la risa por la desgracia ajena.

  • A nuestros hijos les gusta sentir que tenemos tiempo para divertirnos con ellos. Busca oportunidades para tener gratos recuerdos con ellos en el día a día. Por ejemplo: cocinar juntos una nueva receta, leerles un libro al final del día, poner música y cantar mientras hacéis tareas del hogar.

  • Cuando nuestros hijos eran pequeños les hacíamos reír con muecas, cosquillas y caricias ¿por qué no seguir haciéndolo? Es muy probable que aún les cause gracia si tenemos estos gestos de vez en cuando.

  • Guarda seriedad en momentos que lo requieran, pero mostrando flexibilidad en nuestras emociones. Riñe cuando tengas que hacerlo pero no les castigues con tu cara larga o con grandes silencios. Una vez que el agua haya vuelto a su cauce, vuelve a sonreír y compórtate de forma amistosa y cariñosa. Esto les ayudará a adquirir las bases de una personalidad segura.

  • Aprovecha que los niños son excelentes humoristas y suelen tener siempre ganas de reír para solucionar una situación tirante o difícil. Por ejemplo, puedes simular la terquedad de tu hijo con un gesto. Si le imito respetuosamente y con buena voluntad, puede ser que rompa en carcajada y se le pase el mal momento. No obstante, ten en cuenta el temperamento de tu hijo antes de hacer esto.

  • No necesitas ser un gran comediante para educar con humor. Puedes emplear frases amables, comparaciones graciosas… Simplemente relájate y actúa con naturalidad sin dejarte llevar por el enfado.

  • Realiza de vez en cuando actividades distintas como una “súper noche familiar” con palomitas, un paseo por el parque, una visita a algún museo o parque de atracciones o una guerra de globos de agua. Las opciones pueden ser infinitas.

Ayuda a tus hijos a desarrollar su sentido del humor y permítete varios momentos de risa a lo largo del día para asegurar en tu casa un ambiente sano y agradable.

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