EL RINCÓN DE LA CALMA
El rincón de la calma es un espacio destinado a relajarse y a gestionar las emociones de forma correcta.
No es raro que en el día a día haya momentos donde nos podamos sentir desbordados por las emociones. Esto es algo que ocurre tanto a padres como a hijos y a estos últimos, incluso con más frecuencia. Esto se debe a que por su edad y maduración, es probable que aún no tengan las herramientas necesarias para manejar los sentimientos y pensamientos negativos de forma óptima.
Este espacio no sólo está pensado para los hijos sino que los padres también deberíamos tener nuestro propio rincón de la calma. Creemos que esto es importante porque nosotros también necesitaremos calma en alguna ocasión y porque de esta manera, haremos de modelo a nuestros hijos.
El rincón de la calma es un espacio al que ir cuando experimentamos emociones intensas y necesitamos calmarnos. No es un lugar para resolver conflictos ni buscar soluciones. Es decir, retirarnos o retirar al niño a un espacio libre de presiones, alejado de influencias que puedan propiciar que el comportamiento se mantenga y donde el niño no pueda continuar manipulando o llamando la atención por caminos inadecuados. La idea es reducir la emoción y calmar los ánimos antes de afrontar la situación en cuestión.
A continuación te damos las claves para crear y utilizar correctamente el rincón de la calma:
1. ¿Cuál es el mejor lugar? Te recomendamos que evites zonas comunes o de paso para que realmente sea un espacio que invite a la relajación sin distracciones ni influencia de otras personas. Lo más práctico es buscar un rincón en el dormitorio ya que facilita que pueda irse allí siempre que lo necesite y donde sea poco probable que se rompan cosas o se haga daño. Este espacio debe estar siempre listo para ser utilizado.
2. Debe ser un lugar agradable y confortable. Es importante que haya la posibilidad de sentarse o tumbarse para facilitar la relajación. Podéis poner cojines, una alfombra, mantas o colchonetas. También algunos objetos que le gusten a tu hijo y le ayuden a calmarse. Lo ideal es que los escoja él para asegurarte de que realmente son útiles. Algunas ideas son: peluches, el tarro de la calma, una mantita, una pelota antiestrés, un cuaderno de dibujo con lápices o un audio con una meditación o canción bonita. En definitiva, cualquier cosa que favorezca la tranquilidad. Una vez se hayan seleccionado 4-5 cosas, se pondrán en una cesta que siempre estará en el rincón de la calma.
3. ¿Cómo funciona? Cada vez que tu hijo se ponga nervioso y percibas que su emoción va en aumento, invita a que se vaya a su rincón de la calma. Enfócalo como una sugerencia amable y no como una obligación para que sea percibido como una ayuda y no como un castigo.
Las primeras veces que practiquéis esta técnica, lo ideal es acompañarle para favorecer la calma con tu ayuda. Lo esperable es que poco a poco, él mismo se vaya cuando se sienta desbordado.
Se permanecerá en el rincón de la calma hasta que la emoción se estabilice.
¿Qué te parece está técnica? ¿Te animas a practicarla?
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