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El día de la madre: una oportunidad para mostrar nuestra gratitud



Aunque para muchos el día de la madre es una fiesta montada por los grandes almacenes para vender más y no deja de ser cierto en parte, está en nuestra mano convertirla en algo mucho mejor: en una fiesta para desarrollar la gratitud hacia nuestras madres por todo lo que han hecho y hacen por nosotros.


No estamos en contra de los Regalos. Pero el mejor regalo es reconocer y mostrar tu gratitud de una forma natural o imaginativa a todo lo que tu madre hace por ti. Está en nuestra mano convertir el día de la madre en otra oportunidad para cultivar la gratitud. Gratitud es darnos cuenta de todas las cosas buenas que están presentes en nuestra vida y apreciar a las personas que nos proporcionan esas cosas.


No debemos despreciar la influencia que la publicidad y los medios de comunicación ejercen en nuestros hijos convirtiéndoles poco a poco en sujetos consumistas y con un enfoque materialista. La publicidad promueve la impulsividad y la autocomplacencia que es la antítesis de la gratitud. Por eso, nuestro consejo ante todo esto es sustituir el regalo material por el regalo de la gratitud.


Con frecuencia vemos en consulta que no reconocemos los sacrificios y todo lo que nuestros progenitores hacen por nosotros. Aunque seamos mayores, no aprendemos a reconocer todas las tareas que hacen nuestros padres por nosotros. Decía Buda que “si lleváramos durante 100 años a nuestros padres en brazos no haríamos suficiente para devolverles todo lo que nos han dado y han hecho por nosotros”.


Por eso proponemos convertir el día de la madre en un día de gratitud, en vez de consumo. Busca formas originales e imaginativas para dar las gracias a tu madre sobre todo lo que ha hecho por ti, todo lo que le agradeces y todo lo que aprecias y admiras en ella.


Te sugerimos que le regales una tarjeta imaginativa, graciosa y cariñosa en la que escribas todos estos motivos de gratitud. Seguro que tu madre lo va a apreciar mucho más que un jersey o un bolso, la emocionará y guardará mucho tiempo. Le gustará releerla en momentos difíciles o de conflicto o desavenencia contigo y seguro que le ayudará a apreciar todo lo bueno de vuestra relación. Para los más pequeños, os dejamos este imprimible con algunas ideas.


También puede ser buena idea que inviertas en experiencias juntos. Llevarla a un paseo por el campo solos, a un picnic, cocinar algo juntos como cuando eras más pequeño, puede ser un plan muy especial.


En resumen: el mejor regalo que le puedes hacer a tu madre es reconocer, apreciar y agradecer todo lo que hace por ti día tras día. Los padres pueden ayudar mucho en esta tarea, haciendo de modelos y enseñando a los hijos el valor de la gratitud, cómo practicarla y llevarla a cabo. Debemos ser modelo para nuestros hijos y dar las gracias también a otras personas. Decir cosas amables a todos los que hacen algo por nosotros, como es la persona de que viene ayudar a casa, los profesores, el conductor del autobús. Puedes consultar esta guía sobre cómo enseñar a tus hijos el valor de la gratitud.


Los niños aprenderán a imitarnos, a darse cuenta a valorarlo y a repetirlo. Inculcando todo esto a nuestros hijos, sin duda les beneficiamos: muchas investigaciones han constatado que aquellas personas que cultivan la gratitud tienen estados de ánimo más positivos, son más optimistas tienen mejores relaciones con los demás. También demuestran que, incluso entre los adolescentes, aquellos que son agradecidos, tienen una mayor satisfacción con la vida, mejor rendimiento académico, están más comprometidos en la escuela y sus actividades de ocio.

Practicar la gratitud no es solamente algo bueno para la madre, no es solo un regalo potentísimo para ellas, sino que es un beneficio para toda la familia. Ayuda a fortalecer al matrimonio. Muchas investigaciones demuestran que cuando los cónyuges se aprecian mutuamente tienen una mejor relación, se sienten más cercanos y consiguen una relación más duradera.


A menudo, en el día a día, nos cuesta mostrar gratitud porque damos por sentado que esa es su obligación: es su rol de madre y eso es lo que tiene que hacer. Pero esto no es así, todo lo que los demás hacen por nosotros merece ser agradecido.



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