¿Sabías estos datos sobre las pantallas? No te quedes cruzado de brazos
Antes de comenzar, queremos dejar claro que el fin de este artículo es que obtengas información veraz y científica sobre las pantallas, y el efecto que pueden llegar a tener en el desarrollo psicológico y emocional de tus hijos.
Todo lo que encontrarás a continuación se basa en años de estudios psicológicos y neurológicos realizados por especialistas en la materia.
Seguro que a estas alturas ya sabes, quizás por propia experiencia, que las pantallas son tan adictivas como el tabaco o cualquier otra droga. Están diseñadas para incrementar la liberación en el cerebro de dopamina. Esta sustancia es una molécula que, entre otras cosas, es la responsable de que experimentemos placer y estimulación.
Evidentemente, las grandes corporaciones que desarrollan aplicaciones, videojuegos o redes sociales, como Instagram o TikTok, saben el efecto que la dopamina tiene en nuestro cerebro y como influye en nuestro comportamiento. Por este motivo, cuando están diseñando sus productos, estudian qué dosis de dopamina necesita el usuario para experimentar sensaciones gratificantes y placenteras. Además, estas empresas también emplean muchos recursos en trabajar con neurocientíficos y expertos en ingeniería social para conseguir que la persona “se enganche” y que siga consumiendo el producto en cuestión.
Creemos que es necesario que dediques un tiempo a recapacitar y analizar sobre cómo estás educando en el uso de redes sociales, videojuegos y pantallas en general. ¿Eras consciente de los problemas que generan las pantallas: aumnento de la ansiedad, depresión, aumento del suicidio, incremento de los trastornos de alimentación en la adolescentes (anorexia…)? ¿Dedicas el tiempo suficiente a informarte antes de permitir que tus hijos comiencen con su uso? ¿Supervisas su uso hasta que confirmas que es responsable y autónomo? ¿Tenéis normas de uso en casa?
Podemos caer en el error de permitir que tengan acceso a las pantallas desde muy temprana edad, de regalar un teléfono inteligente a un hijo que aún no está preparado para ello o de no supervisar el uso de las pantallas. Entendemos que en ningún caso quieres perjudicar a tu hijo. A veces es una forma de que se entretengan un rato, en otras para que hagan lo mismo que el resto de sus compañeros… Pero creemos que es un tema al que se le debe prestar mucha más atención de lo que se hace normalmente ya que tiene grandes, e incluso graves, repercusiones en el desarrollo de tus hijos.
Los efectos negativos del mal uso de las pantallas entre los jóvenes son cada vez más evidentes. Tanto psicólogos como psiquiatras concluyen que el uso inadecuado de la tecnología reduce el bienestar emocional (al aumentar la ansiedad, depresión, soledad…) en niños y adolescentes. Por ejemplo, Abigail Huertas, portavoz de la Asociación Española de Psiquiatría del Niño y Adolescente (AEPNyA) confirma que:
“Existe un boom de malestar emocional en nuestros jóvenes asociado al uso de pantallas”.
Además, si el uso de pantallas y dispositivos con acceso a internet comienza en edades tempranas, cuando el cerebro está en pleno desarrollo, puede provocar consecuencias muy negativas a largo plazo. Por ejemplo, sabemos que cuando se juega a un videojuego el cerebro se activa enormemente. Esto se debe a que se incrementa muchísimo la liberación de dopamina pero cuando se deja de jugar, se produce un bajón muy fuerte. La consecuencia de este “subidón-bajón” de dopamina es la irritabilidad, depresión y otros estados emocionales alterados. Por el contrario, los niños que no usan o usan poco las pantallas, son más creativos y más estables emocionalmente.
Ahora nos gustaría hablarte de algunas cuestiones que nos han parecido significativas:
A principios del mes de enero 2023 un distrito escolar de Seattle, con más de 50.000 estudiantes, presentó una demanda judicial contra las principales empresas de redes sociales (Facebook e Instagram, TikTok, Snapchat y YouTube) por influir negativamente en la salud mental de los jóvenes. La denuncia señala que las plataformas aprovechan que los cerebros de los niños están aún muy inmaduros y vulnerables para conseguir que el tiempo en pantalla sea el mayor posible y obtener mayores beneficios. El texto jurídico decía que el rápido crecimiento de las plataformas de redes sociales viene como consecuencia del diseño y las operaciones que “explotan la psicología y neurofisiología de sus usuarios”. También argumentaban: “Los acusados se han aprovechado de la vulnerabilidad del cerebro de los jóvenes y han enganchado a decenas de millones de estudiantes en todo el país dando lugar a un uso excesivo de dichas plataformas”. Otro de los datos que utilizaron para apoyar su demanda fue que entre los años 2009 y 2019, aumentó en un 30% los jóvenes que reconocían sentirse tristes y desesperanzados casi cada día durante al menos dos semanas. Incluso dejando de hacer algunas de las actividades habituales. Y esta es una de las razones por las que han aumentado los intentos de suicidio desbordando las consultas de psiquiatras y psicólogos. La demanda llevada a cabo por el distrito escolar Nº 1 de Seattle, es a primera demanda presentada en EEUU por instituciones escolares, sin embargo durante el año 2022 se presentaron denuncias similares por decenas de familias que culpaban a las empresas tecnológicas de los suicidios de sus hijos.
Una investigación canadiense publicada en JAMA Network Open, concluyó que la exposición a las pantallas se asociaba con síntomas de depresión, ansiedad, problemas de conducta, irritabilidad e hiperactividad.
Sin embargo:
Es por todos sabido que los directivos de estas empresas, llevan a sus hijos a colegios donde no utilizan las pantallas. De hecho, Silicon Valley, epicentro de la economía digital, donde se produce y se vende la mayor parte de la tecnología actualmente está rodeado de colegios en los que no se utilizan ni ordenadores ni tabletas. Es más, en el WALDORF SCHOOL OF THE PENINSULA, un colegio privado donde se educan los hijos de directivos de empresas como Apple, Google y otros gigantes tecnológicos no tienen acceso a ningún tipo de pantalla hasta que llegan a secundaria. Un hecho que sin duda sorprende y que incluso se ha hecho eco la prensa con titulares como: “Los gurús digitales crían a sus hijos sin pantallas” En un reportaje del periódico EL PAIS por Pablo Guimón, leíamos que el empeño en Silicon Valley por alejar a los niños de las pantallas llegaba hasta el contrato de trabajo de las niñeras que cuidan a los hijos. Se recogen testimonios de algunos de los trabajadores que afirman que se les exigía, por contrato, no utilizar el móvil durante las horas de trabajo.
Los datos anteriores reflejan que cada vez los padres están más sensibilizados con las pantallas y con el uso que hacen sus hijos de las mismas. Pero a pesar de todo, vemos como las grandes empresas tecnológicas mantienen sus mismas estrategias comerciales, siguen obteniendo grandísimos beneficios y todo esto sin que nadie intervenga oficialmente para regularizar de forma ética este asunto.
Otro aspecto preocupante es el contenido que pueden encontrar nuestros hijos en las pantallas.
Las aplicaciones antes mencionadas tienen tutoriales e inspiración pictórica sobre cómo llevar a cabo conductas de riesgo (autolesiones, suicidio, conductas que favorecen trastornos de alimentación, retos virales muy peligrosos para la salud...)
Los datos sobre el acceso de los acosadores y los delitos sexuales se han visto incrementados de manera alarmante. Durante el confinamiento la explotación sexual de menores aumentó un 507%.
El consumo frecuente de pornografía por los jóvenes cada vez ocurre a más temprana edad. El porno y las pantallas están estrechamente relacionadas ya que lo consumen en redes sociales, portales virtuales específicos o plataformas como YouTube. No hay duda de que los niños que usan las pantallas están más expuestos a este tipo de contenidos.
Además, casi el 90% de las escenas que se reproducen en estos portales muestran una actitud violenta y denigrante hacia las mujeres. Esta es una de las razones a las que se le atribuye el incremento de las agresiones sexuales y que cada vez se lleven a cabo por personas más jóvenes. Leer aquí.
La necesidad de tomar medidas como padres en este tema es primordial. Hoy en día es casi imposible encontrar a adolescentes sin móvil o niños, desde los primeros cursos de primaria, que no tengan Tablet o que no jueguen a videojuegos de forma habitual. Lo preocupante es que esto es así porque nosotros lo permitimos.
Como padres tenemos que involucrarnos más. Informarnos bien, supervisar, controlar el tiempo de consumo de las pantallas (videoconsolas, ordenador, redes sociales…) e incluso, retrasar lo máximo posible el momento que tengan acceso a las mismas. Lo ideal sería posponer su uso hasta la secundaria. Tenemos que ser conscientes y consecuentes con la problemática que estamos planteando.
Debemos promover actividades como el deporte, el arte, la naturaleza, los encuentros con amigos… para que tengan otras referencias y alternativas. De esta manera, no recurrirán a las pantallas como única vía de entretenimiento. Actividades que contribuyen a su desarrollo humano y que no tienen consecuencias negativas.
El tema de las pantallas es muy amplio. Si quieres ampliar tu información te animamos a que visites nuestra web.
Nos encantaría conocer tu opinión sobre este tema. Puedes escribirnos en el apartado de comentarios.
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