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Al grano: ¿Cómo hacer una crítica constructiva paso a paso?

El presente artículo está basado en nuestra larga experiencia en la práctica clínica y en el libro “Tú puedes aprender a ser feliz” de Carmen Serrat-Valera y Alexa Diéguez.


Este es la segunda parte del artículo "Consideraciones para hacer una crítica constructiva". En este artículo podrás obtener una guía práctica para planificar y comunicar críticas de manera constructiva, evitando conflictos y fortaleciendo las relaciones personales. A través de pasos claros y estrategias empáticas, aprenderás a convertir una crítica en una oportunidad para el diálogo, el cambio y el crecimiento mutuo.



Una buena critica constructiva


Al grano: cómo planificar una crítica


1. Recuerda cuál es tu objetivo, que es mantener una buena relación con esa persona, no descargar tu ira.


2. Considera la crítica como una oportunidad para el cambio y el desarrollo personal, y no como un ataque ni una regañina. 


3. Pregúntate por tu parte de responsabilidad en el asunto, acéptala y manifiéstasela a la otra persona. 


4. Plantéate si es posible y realista pedir ese cambio. Debes estar seguro de que ni responde a tus caprichos ni a tu personal idea de cómo deben ser las cosas. También debes comprobar que no implica una modificación radical o demasiado general en el comportamiento de la otra persona. No te olvides de que los demás tienen derecho a elegir su comportamiento.


5. Ensaya cómo la vas a exponer. Es un asunto delicado que no debes dejar en manos de la improvisación, ya que podrías ponerte nervioso y resultar impreciso, frío o agresivo. Escribe o graba como lo harías y comprueba qué tal suena. También puedes ensayarlo previamente con alguien de tu confianza para que te diga qué aspectos de tu crítica pueden resultar ofensivos o dolorosos.


6. Elige el momento oportuno. Debe ser un momento relajado y, por supuesto, no debe haber terceras personas delante. Un momento en el que no experimentes emociones negativas y en el que tu interlocutor esté en condiciones de escucharte. Las prisas, las preocupaciones y las emociones negativas no son buenos abonos para hacer fecunda la crítica y para facilitar que el otro la escuche.


7. Prepara la situación y propicia ese momento. No esperes a que ocurra, búscalo. 


8. Haz las críticas siempre de una en una. Si manifiestas varias a la vez, es probable que tu interlocutor se ponga a la defensiva y sienta que lo estás atacando como persona.


9. Describe de forma objetiva y concreta el comportamiento que quieres criticar. Cuanto más concretes, más posibilidades tendrás que la otra persona entienda a que te refieres.


10. Plantea las críticas de forma positiva. En vez de decir “no me chilles”, es más eficaz decir “me gustaría que me hablaras en un tono de voz más suave”. 


11. Prepara alternativas al comportamiento que te molesta. Cuando ofreces soluciones realistas es mucho más sencillo que la otra persona se muestre colaboradora, ya que percibe claramente tu interés por hacer que las cosas mejoren. En otras palabras, reduces significativamente la carga negativa de la situación y le insuflas grandes dosis de esperanza. Ofrecer soluciones es una prueba de afecto y respeto.


12. Valora todos los aspectos positivos de la otra persona y coméntaselos. Así harás que sea consciente de que, sobre todo, la aprecias. El elogio sincero facilita que tu interlocutor te escuche y te tome en serio sin sentirse atacado.


13. No hagas la crítica movida por la hostilidad, espera a que se te pase el enfado.


El momento de la verdad: cuando estás haciendo una crítica


1. Pregunta, recaba información sobre las causas del comportamiento de la otra persona. Inicia la conversación preguntando qué ha pasado… ¡y escucha! Por ejemplo, si quieres hacer una crítica porque te han dado un plantón, empieza preguntando qué ha pasado para que la otra persona no haya acudido a vuestra cita. 


2. Describe la situación o comportamiento que vas a criticar de la forma más objetiva posible. No juzgues, limítate a exponer lo que ha ocurrido. “Habíamos quedado a las siete y llegaste a las 8”.


3. Explica claramente de qué forma te afecta su comportamiento. No acuses ni ataques, simplemente cuenta cómo te sientes. Expresa tus sentimientos con mensajes del tipo: “Me siento mal cuando…”, y evita decir cosas como: “Eres un impresentable porque…”. 


4. Empatiza con el corazón y muestra claramente a la otra persona que eres capaz de ponerte en su lugar. Utiliza expresiones del tipo: “Entiendo que el tráfico está complicado a estas horas y que a veces no puedes evitar que, a última hora, tu jefe…”.


5. Reconoce tu responsabilidad: “Tal vez le doy una importancia excesiva a la puntualidad”. 


6. Sugiere y pide un cambio. No lo exijas. Esfuérzate por transmitir la idea de que te gustaría que el comportamiento de la otra persona cambiara en la dirección que es importante para ti. Emplea expresiones del estilo: “Yo me sentiría mejor si a partir de ahora…”.


7. Si la otra persona acepta tu crítica y tus sugerencias, elógiala. Exprésale tu satisfacción y tu alegría… y no te olvides de mostrarte agradecido porque te haya escuchado y tenga interés por comprenderte y agradarte.


8. También puedes pedir a la otra persona que proponga soluciones o alternativas: “¿Qué se te ocurre que podemos hacer para evitar que esto vuelva a suceder en el futuro?”. Escucha sus argumentos. No pierdas de vista que, en última instancia, tu objetivo es que modifique su comportamiento y que, por tanto, es fundamental que la solución le resulte convincente.


9. Ofrécele tu ayuda para cambiar: “Si te sirve de ayuda, puedo recordártelo cuando…”.


10. Expón claramente las consecuencias positivas que acarrearía el cambio que pides, así como las consecuencias negativas, pero sin amenazas: “Si tienes en cuenta mis sugerencias me sentiré muy agradecido, pero si   continúas retrasándote me marcharé sin esperarte”. 


11. Si la otra persona cambia, hazle saber que lo has percibido y elógiala por su esfuerzo. Al principio, no te olvides de reforzar su comportamiento siempre que el otro ponga en práctica el cambio que le has pedido.


12. Si la otra persona no cambia, repite el proceso ofreciendo nuevas alternativas. Reitera tu aviso sobre las consecuencias negativas de forma no amenazante y haz hincapié en las consecuencias positivas. 




Algunas cosas que debes evitar a la hora de hacer una crítica:

– Juzgar, generalizar, etiquetar.

– Centrarte en lo negativo.

– Pensar que toda la culpa es del otro.

– No tener preparadas soluciones, no proponer alternativas al comportamiento que te gustaría que la otra persona cambiase.

– Dejar la solución en manos del otro, ya que puede ocurrir que tampoco te resulte adecuado

su nuevo comportamiento.

– Pretender imponer tu solución, estar cerrado a la negociación.

– Insistir hasta el agotamiento.




"Tú puedes aprender a ser feliz” de CaTú puedes aprender a ser feliz” de Carmen Serrat-Valera y Alexa Diéguezrmen Serrat-Valera y Alexa Diéguez.

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