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Cómo educar hijos de 6 a 12 años sin caer en la sobreprotección

Una buena critica constructiva

Educar a niños de 6 a 12 años sin caer en la sobreprotección implica fomentar su autonomía, responsabilidad y capacidad para enfrentar los desafíos de manera adecuada a su edad. Esta etapa es crucial para consolidar habilidades sociales, emocionales y académicas, por lo que es importante proporcionar un entorno que permita a los niños aprender de sus errores y desarrollar su resiliencia.


Aquí tienes algunas recomendaciones:


  1. Fomentar la independencia y la toma de decisiones


    • Los niños en esta etapa son capaces de asumir más responsabilidades, como organizar su mochila para la escuela, realizar algunas tareas del hogar (poner la mesa, ordenar su habitación) o cuidar de una mascota. Esto les ayuda a sentirse competentes y autónomos.


    • Permitirles tomar decisiones relacionadas con sus intereses, como elegir actividades extracurriculares o decidir cómo gestionar su tiempo libre, siempre dentro de límites razonables.


  2. Establecer normas y responsabilidades claras


    • Es importante que los niños tengan un conjunto de normas coherentes y adaptadas a su edad. Esto no solo les da estructura y seguridad, sino que también les enseña que existen responsabilidades que deben cumplir.


      Las normas deben ser claras y las consecuencias de no cumplirlas, coherentes. No se trata de imponer castigos severos, sino de enseñar que sus acciones tienen efectos y que deben asumirlos. Si quieres usar el castigo de forma adecuada, lee este artículo en el que te lo explicamos todo.


  3. Permitir que se enfrenten a las consecuencias naturales de sus acciones


    • Si un niño olvida llevar su tarea a la escuela o no estudia para un examen, en lugar de intervenir para "rescatarlo," es importante que enfrente las consecuencias de su olvido o falta de preparación. Esto les enseña la importancia de ser responsables.


    • Es esencial que los padres se resistan a la tentación de resolver siempre los problemas de sus hijos. En cambio, pueden ofrecer orientación y apoyo para que el niño busque soluciones por sí mismo. “¿Qué podrías hacer si te vuelve a pasar?”, “¿De qué otra forma podrías actuar en el futuro?”


  4. Animar a la resolución de problemas de forma autónoma


    • Cuando el niño se enfrenta a un conflicto con un amigo o tiene dificultades en una actividad, es mejor guiarlo para que busque soluciones, en lugar de intervenir directamente.


    • Enseñar habilidades de resolución de problemas, como identificar el problema, buscar soluciones posibles y evaluar los resultados, fortalece la capacidad del niño para enfrentar situaciones similares en el futuro.


  5. Fomentar la práctica del deporte y otras actividades grupales


    • Las actividades en grupo, como los deportes o el teatro, ayudan a los niños a desarrollar habilidades sociales, gestionar la frustración y aprender a trabajar en equipo. También son una oportunidad para que experimenten pequeños desafíos en un entorno seguro.


    • El deporte, en particular, enseña a gestionar la victoria y la derrota, lo que les ayuda a desarrollar una mentalidad de superación y a aprender a lidiar con el fracaso.


  6. Enseñar a gestionar la frustración y la perseverancia


    • Es normal que los niños se frustren cuando las cosas no salen como esperan. En lugar de protegerlos de estas experiencias, es importante enseñarles a enfrentarlas y aprender de ellas.


    • Fomentar la perseverancia elogiando el esfuerzo en lugar de los resultados. Esto ayuda a los niños a entender que los errores son parte del aprendizaje y que el trabajo duro conduce al crecimiento.


  7. Limitar el uso de dispositivos y fomentar el tiempo al aire libre


    • La tecnología puede ser un aliado, pero también es importante que los niños se involucren en actividades físicas, juegos al aire libre y tareas que requieran esfuerzo físico o mental.


    • Estas experiencias son vitales para el desarrollo de la autonomía y la capacidad de interactuar con el entorno y otras personas de manera efectiva.


  8. Modelar la resiliencia y una actitud positiva hacia los desafíos


    • Los niños aprenden mucho observando cómo reaccionan los adultos ante los problemas. Mostrarles una actitud resiliente y positiva hacia los desafíos les enseña a enfrentar sus propias dificultades con confianza.


    • Es importante hablar con ellos sobre los errores y las dificultades que los adultos también enfrentan, y cómo se pueden superar. La resiliencia también se puede entrenar desde el ejemplo y te decimos cómo hacerlo aquí. 


    El objetivo es lograr un equilibrio entre ofrecer apoyo y permitir que los niños enfrenten sus propios desafíos. Esto fortalece su confianza en sí mismos y les prepara para ser personas responsables, independientes y resilientes en el futuro.


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