¿Cómo cultivar el perdón en nuestros hijos?
Cuando enseñemos a nuestros hijos a perdonar, les estamos dando una herramienta para ser más felices y llevar de modo más sencillo su infancia y adolescencia que les será una herramienta muy beneficiosa en el futuro. El perdón es un obsequio que hacemos a los demás y también a nosotros mismos. Nos infunde tranquilidad y bienestar, entrenando en nuestro interior el músculo de la misericordia y la compasión. Además, al perdonar, estamos contribuyendo a inculcar valores y hacer de nuestros hijos mejores personas. En este apartado trabajaremos algunas estrategias para enseñarles a perdonar al otro: perdonar de corazón y decírselo (o no).
Pero ¿por dónde comenzar?
Lo primero que debemos hacer es enseñarles la importancia de la compasión, la caridad y el amor hacia los demás ya que son la base de un perdón auténtico (para más información puedes leer nuestros materiales sobre el amor. Para esto es necesario que seamos ejemplo de estos valores y que los mencionemos dentro de nuestras conversaciones diarias.
¿Cómo enseñar a los niños a perdonar?
El perdón se puede enseñar fácilmente desde el ejemplo. Es importante que te vea y te escuche perdonar. Aprovecha pequeñas oportunidades en el día a día. Por ejemplo, si alguien te ha pisado sin querer y te pide perdón, inmediatamente acepta la disculpa. Si alguien te ha ofendido, explícales a tus hijos cómo le has perdonado desde el corazón.
En otras muchas ocasiones, será tu propio hijo el que se vea en la necesidad de aplicar este valor. A los niños les pedimos constantemente que perdonen a otros: ‘perdona a Paco por tirarte del pelo’, ‘perdona a María por romper tu juguete’, ‘perdona a mamá por olvidar tu almuerzo’, etc. Pero ¿cómo sabemos si realmente entienden la importancia del perdón?, ¿cómo nos aseguramos de que estén dejando ir el problema en lugar de simplemente estar repitiendo lo que les hemos pedido que digan?
Como padres es común que pidamos a nuestros hijos que acepten una disculpa sin preguntamos si han sido sinceros al decir ‘te perdono’ o ¿cómo se han sentido después de esto? La falta de perdón es uno de los ingredientes para la depresión y la ansiedad, por tanto, es muy importante
que dediquemos tiempo y paciencia a enseñarles este valor.
Pautas para enseñar a perdonar
Los sencillos pasos que te presentamos a continuación pueden ayudarte a enseñar a tus hijos a perdonar independientemente de la edad que tengan. Sin embargo, es posible que los más pequeños necesiten tu ayuda en alguno de los pasos, sobre todo al principio. Esto no debe preocuparte. Cuanto antes comiencen su entrenamiento en el perdón, más se beneficiarán. Ya desde sus primeras socializaciones escolares, los niños tendrán oportunidad de experimentar situaciones en las que será necesario poner en práctica este valor. Por eso, ir conociendo estos pequeños pasos desde bien pequeños, pueden ser útiles.
Ayúdale a identificar el sentimiento que el niño está experimentando. Antes de motivarle a perdonar debemos ayudarle a identificar cómo se siente. Puede ser que esté enfadado, triste o decepcionado. Una vez que comprenda el sentimiento que tiene debemos validarle diciéndole que entendemos que se sienta así.
Que sepa que perdonar no es aguantar. Los niños han de sentirse seguros. Deben saber que cuando alguien les hace daño una y otra vez pueden acercarse a un adulto para pedirle ayuda. Perdonar no significa permitir al otro que se siga comportando de manera ofensiva contra nosotros. Además, podemos explicarles que pedir ayuda no es lo mismo que ‘chivarse’. Cuando nos ‘chivamos’ buscamos inculpar al otro y cuando pedimos ayuda buscamos resolver el conflicto. Pedir ayuda supone buscar consejo para resolver una situación en la que no sabemos qué hacer o que se escapa de nuestras responsabilidades.
Enséñale a ver más allá del suceso y a empatizar con la persona que le ha ofendido. Por ejemplo, si un amigo le ha insultado, podemos preguntarle qué había sucedido antes y buscar posibles razones que hayan motivado la actitud del otro. Jugad a analizarlo y a proponer alguna hipótesis. A lo mejor su amigo estaba teniendo un mal día porque la profesora le llamó la atención. Puede que esté atravesando un momento difícil por la separación de sus padres. Incluso puede ser que la reacción de su amigo se deba a una ofensa anterior o a algún conflicto sin resolver entre ellos. Con esto no buscamos justificar al otro, simplemente buscamos fomentar la empatía y disminuir la intensidad de la emoción. Al final es importante recordarle que todos podemos cometer errores.
Anímale a que experimente el perdón, aunque no esté del todo convencido. Pregúntale si se siente bondadoso, si siente alivio. Es muy probable que cuando practique el perdón con otro niño a un hermano sienta la magia del que se ha quitado un peso de encima y esto le ayude a estar mejor consigo mismo. El perdón enriquece tanto al que perdona como al que es perdonado.
¡No le presiones! El perdón sincero únicamente tiene lugar cuando nace de uno mismo. Explícale la importancia que tiene y ayúdale a ampliar su perspectiva. Respeta el tiempo que necesite para entenderlo y tomar una decisión.
Ayúdale a que aprenda a expresar su emoción cuando perdone a alguien. Para que el niño sienta que su emoción es tomada en cuenta es importante que tenga la oportunidad de expresarla a quien le ha ofendido. Muchas veces esto no es posible, por lo que es importante que lo pueda hablar con vosotros. Podemos enseñarle frases como “Me he sentido muy molesto cuando me llamaste tonto”, “cuando mi hermano me pegó me sentí furioso y ofendido”…
Utiliza su imaginación. Para los niños, (principalmente para los más pequeños), el concepto de dejar ir un sentimiento puede ser muy abstracto. Ayudarnos de visualizaciones puede ser una excelente estrategia para ayudarles a soltar. Por ejemplo, pídele que imagine que sostiene un globo que lleva dentro todo su enfado y que al perdonar lo va a soltar y este se irá volando.
Enséñale que el perdón es incondicional. Para los niños, y en ocasiones para los adultos también, puede ser tentador poner condiciones para el perdón. Por ejemplo, perdonar a cambio de un favor. Pero deben comprende que el perdón debe de darse sin condiciones o expectativas.
Enséñale a dar y compartir. Busca alguna causa altruista en la que podáis colaborar como familia, motívale a regalar algunos de sus juguetes a niños necesitados o llévale a una asociación a hacer labor social. Perdonar requiere humildad y compasión, así que mientras más cultivemos estos valores en ellos, más sencillo será que aprendan a perdonar.
Busca lecturas sobre el perdón para leer en familia Aquí tienes algunos ejemplos, pero seguro que se te ocurre alguna más - La historia de Dánao, rey de Libia, de la mitología griega. Consultar Las Danaides - Cultura Bizarra - La parábola del hijo pródigo, como síntesis auténtica de perdón y superación de la culpa, (Lucas 15: 11-32).
Invítale a aceptar las disculpas de los demás. El auténtico perdón es un proceso interior. En muchas ocasiones no es posible decir al otro que le hemos perdonado. Sin embargo, si lo hacemos, es muy probable que la otra persona entienda sus errores y nos pida disculpas. Aceptarlas es un acto compasivo y de generosidad que puede ser muy gratificante.
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