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Como las parejas exitosas convierten el conflicto en conexión

Hoy queremos traeros buenas noticias sobre las discusiones con tu pareja.

 

Tendemos a pensar que en las relaciones de pareja la ausencia de discusiones es una señal de que la relación es más fuerte y más sana. Sin embargo, la ausencia de discusiones puede significar todo lo contrario, es decir, que la relación esté muerta o en estado comatoso.

 

El conflicto forma parte natural y podríamos decir que necesaria de cualquier relación humana y también en la pareja.

 

El conflicto en la pareja también puede ser conexión: gracias a él nos damos cuenta de quienes somos, de lo que queremos, de cómo es nuestra pareja y qué es lo que necesita, salvamos nuestras diferencias y encontramos puntos en común.


 La verdad es que las parejas más exitosas y felices también discuten.


A través de su trabajo de investigación y de acompañar a parejas en dificultades, el matrimonio de expertos en terapia de pareja Julie y John Gottman han identificado los distintos estilos de manejar el conflicto y los errores críticos que las parejas cometen durante una discusión. Ahora en su nuevo libro, recién salido del horno, Fight Right (“Pelea correctamente”) nos comparten los secretos que nos ayudarán a aprovechar el conflicto en la pareja para construir una relación más fuerte y saludable.

 


Julie y John Gottman


En este articulo comenzaremos por el principio. El problema según ellos es que no nos han enseñado a discutir correctamente y parece ser que la manera en que lo hacemos predice el futuro de nuestras relaciones.  


Todos llegamos a las relaciones con creencias y sentimientos sobre el conflicto que llevamos con nosotros que se van formando desde la niñez, a partir de relaciones anteriores y experiencias de educación. Cada uno de nosotros tenemos nuestro propio estilo de conflicto y cada pareja tiene su propia cultura de conflicto.


Los tres principales estilos de conflicto ¿Cuál tenéis tú y tu pareja?


Lo primero que queremos destacar es que no hay parejas que se correspondan 100% con una de un solo estilo, sino que lo que hay son rangos entre dos extremos entre los que nos situamos en una mayor o menor medida dentro de un estilo.


Además, la cosa se complica cuando en una pareja cada miembro puede tener un estilo distinto. Pero simplificando podemos hablar de 3 tipos de parejas en cuanto a su manera de afrontar el conflicto:

 

1. Las parejas evitadoras: no suelen tener discusiones y prefieren mantener la paz antes que mantener una conversación que les genere malestar. Dentro de este tipo de parejas hay dos subtipos:

  • El primero raramente habla de cosas en las que tienen diferencias de opiniones y normalmente tienen más división en sus vidas. También suelen tener roles más definidos domésticamente y que a veces caen dentro de los patrones tradicionales de género. Pueden tener vidas muy estables ya que tienden a tomar pocos riesgos y a estar satisfechos con lo que tienen. Pero el riesgo de estas parejas es que pueden llegar a aislarse tanto el uno del otro que lleguen a llevar vidas separadas.

  • El segundo tipo de parejas evitadoras presenta un patrón distinto: suelen estar interesados el uno en el otro, pasan tiempo juntos, hablan acerca de sus sentimientos, pero cuando disienten simplemente lo expresan y cambian de tema evitando la discusión. En este tipo de pareja normalmente no están tan estereotipados los roles de género y comparten más las tareas domésticas. Según el matrimonio Gottman, tiende a ser la pareja más feliz.

2. La pareja validadora puede parecer similar al segundo tipo de pareja evitadora pero la diferencia es que si ellos discrepan en algo no tienen miedo a meterse en un debate. No suelen elevar el tono de voz, tienden a ser calmados y tratan de buscar una solución que satisfaga a los dos y si no es posible, se conceden turnos (“la última vez ganaste tú pues ahora gano yo”). Suelen parecerse más a miembros de un equipo que a rivales por lo que no suelen tener problema en ceder sobre algunos aspectos. Y aquí precisamente reside el riesgo de esta pareja, que alguno de los miembros haga una renuncia demasiado grande y se resigne en aspecto esenciales para ella.

 

3. La pareja volátil no tiene problemas expresando la emoción esto es completamente natural para ellos y sus peleas inmediatamente se mueven a un debate muy candente con altas emociones y un tono de voz alto, pero también pueden incluir el sentido del humor y la positividad Como te puedes imaginar, son el completamente el opuesto a las parejas evitadoras. Tienden a compartir las responsabilidades domésticas y también sus relaciones, debaten bastante frecuentemente e incluso pueden parecer que disfrutan discutiendo ya que para los volátiles esta es una manera de conectar entre ellos. El riesgo en las parejas volátiles es precisamente la escalada exponencial de agresión y que la discusión se vaya fuera de control.


Así que ahora quizás te preguntarás ¿cuál de estos estilos es mejor?


Aunque pudiera parecer que el tipo de pareja validadora podría tener más éxito los datos muestran que lo que verdaderamente determina si una pareja va a prosperar es que tenga lo que Julie y John Gottman llaman un ratio de conflicto adecuado.

 


 ¿Qué significa esto? 

 

Que, dentro de una discusión, por cada interacción o comentario negativo que tengáis para con el otro necesitáis balancearlo con cinco interacciones o comentarios positivos dentro de esa misma discusión.

Así que independientemente del tipo de pareja que seáis si mantenéis ese ratio de cinco interacciones positivas por cada una negativa probablemente vais a tener una relación de pareja exitosa.


Ahora, la cosa se pone más exigente cuando hablamos del contexto cotidiano, fuera de una discusión, ya que ahí el ratio sube hasta 20 a 1. Es decir que por cada interacción o comentario negativo necesitamos tener 20 gestos de apreciación, conexión, acercamiento o elogios para balancear la negatividad a lo largo del tiempo.


Así que os vamos ofrecer ejemplos para que podáis incluir interacciones positivas dentro de vuestras discusiones. Nos referimos por ejemplo

  • a una disculpa,

  • una sonrisa,

  • un asentimiento,

  • a mostrar empatía por los sentimientos de tu pareja,

  • algo de contacto físico de reafirmación,

  • validar algo que tu pareja ha dicho,

  • enfatizar lo que tú y tu pareja tenéis en común,

  • aceptar tu parte de responsabilidad en el problema,

  • señalar que los dos podéis tener razón,

  • recordar las situaciones de éxito en conflictos del pasado que habéis superado juntos,

  • o por qué no una broma, una risa que le quite hierro a la discusión.


Además, para que seamos virtuosos del conflicto necesitamos una gran dosis de compasión el uno por el otro, cuidándolo con amabilidad incluso en medio de una discusión y permitiendo a nuestra pareja que también nos cuide a nosotros.

 

No importa cuál sea nuestro pasado, nuestro estilo de conflicto o en qué punto estamos atascados con nuestra pareja, todos podemos aprender a hacer estos cambios.

 

Y cuanto más practiquemos más podrá convertirse en un hábito para responder de una manera no defensiva y explorar las necesitades que están bajo la superficie del conflicto, aquello que es tan, tan importante para cada uno de nosotros.

 

No se trata de cambiar quienes somos o de convertirnos en una persona o en una pareja completamente diferente o incluso de cambiar tu estilo de conflicto. Los evitadores, hasta cierto punto, siempre van a atender a evitar.

 

 Los volátiles siempre tenderán a buscar la pasión y las emociones intensas pero lo que podemos cambiar son los patrones de nuestras discusiones ya que no tenemos por qué seguir cometiendo los mismos errores.

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