¿Cómo cultivar y ser ejemplo de optimismo como padre o madre?
En el artículo "¿Qué entendemos por optimismo?" hemos hablado sobre cómo el optimismo juega un importante papel en el bienestar de los jóvenes. En este artículo te daremos las pautas generales que necesitas comenzar a aplicar como padre o madre para servir de ejemplo en su educación.
Aunque hay personas que tienen cierta predisposición al pesimismo, se puede aprender a ser más optimista si se desea. Si este es tu caso, no te resignes y esfuérzate para crecer después de los fracasos en lugar de machacarte por ellos y para afrontar las dificultades y la vida con esperanza.
Algunas formas para aprender a ser más optimista son estas:
✓ Busca el lado positivo de las cosas. Un recurso sencillo y barato para practicar el optimismo en familia, es anotar o comentar las cosas buenas que hemos vivido. Buscad un momento de la semana en el que en el que os reunáis para que cada uno diga algo positivo que le haya ocurrido en la última semana. Además dejad un momento para reflexionar sobre el papel que cree que desempeñó para que eso ocurriera así. (“He sacado una buena nota en lenguaje porque me esforcé mucho”). Sin daros cuenta tanto tú como tus hijos comprobaréis que vuestro comportamiento contribuye a que las cosas sean buenas. Aprended a buscar y encontrar vuestro papel en los pequeños o grandes éxitos de vuestro día a día.
✓ Afronta tus errores y preocupaciones de forma constructiva. Cuando metas la pata, pregúntate qué puedes aprender de lo ocurrido. Siempre hay algo positivo detrás de cada fracaso. Si notas que te cuesta, toma algo de distancia y deja que pase un poco de tiempo antes de hacer este análisis. Verás las cosas con más objetividad y perspectiva. Para hacerlo puedes hablarlo con una persona ajena a la situación. Es frecuente que cuando las cosas se ven desde fuera, la mente se despeja y las cosas se ven de forma más clara.
✓ Cuida tu ánimo. Las emociones positivas dan lugar a pensamientos positivos. Por eso una manera indirecta de potenciar tu optimismo es generando dichas emociones. La mejor receta para tener un ánimo positivo es: practicar deporte de forma regular, realizar actividades gratificantes, compartir tiempo con personas positivas, hablarte de forma realista y objetiva o implicarte en lo que es importante para ti. Además, presta especial atención al estrés porque es experto en despertar al monstruo del pesimismo.
✓ Pon a raya tus preocupaciones. Las preocupaciones tiñen nuestra mente de color negro. De modo que si tienes el hábito de no parar de darle vueltas a las cosas, acabarás experimentando pesimismo con frecuencia. Si tienes algún problema cuya solución dependa de ti, ponte manos a la obra. No pierdas el tiempo y recuerda: de los problemas hay que ocuparse y no preocuparse.
✓ Escribe tu diario feliz. Cada día registra las cosas buenas que te suceden y el papel que desempeñas en cada una de ellas. Enfócate en todo lo bueno que ocurre y valora lo que haces bien. Si haces este ejercicio con frecuencia, irradiarás optimismo y buenas vibraciones. Además si quieres ir un paso más allá, comenta esos hallazgos con tus seres queridos (“Me encantó tomarme un café con mi amiga”, “el libro que me estoy leyendo es apasionante”, “hace una temperatura estupenda para pasear”, “estoy contenta de como me ha salido mi charla, la verdad es que me la he preparado mucho”)
✓ Cuidado con las quejas. Es frecuente dejarse llevar por el diálogo negativo ante las molestias de la vida. Un atasco, el estrés de la mañana, un imprevisto de última hora… Si quieres potenciar tu optimismo te recomendamos que dejes de lado ese hábito y te preguntes por la utilidad de la queja. ¿Solucionas algo quejándote? Seguramente no. Aprende a aceptar estos inconvenientes cotidianos y a verlos como lo que realmente son, sucesos pasajeros.
✓ Potencia tu sentido del humor. Aprende a reírte de ti mismo, busca el lado amable de las cosas, haz bromas y chistes… Si necesitas ideas te animamos a que leas nuestra guía “Claves para conseguir un ambiente familiar positivo” o “El sentido del humor en casa”.
✓ Presta atención a la forma en la que corriges. Existe la creencia de que la crítica es un estupendo motivador y que señalando los errores se consigue mejorar. Aunque esto es cierto, hay trampa en esta afirmación. La crítica puede ser un motor de cambio y crecimiento siempre y cuando se haga de forma constructiva. Por el contrario, cuando haces uso de la crítica destructiva, siendo muy exigente, etiquetando y juzgando a tu hijo cada vez que comete un error (“eres un vago”, “así no llegarás a ningún sitio”…) o centrándote sólo en lo que ha ido mal, estarás conduciéndole por el camino del pesimismo, la autocrítica desmedida, la baja autoestima y la inseguridad.
Pautas generales para cultivar y ser ejemplo de optimismo
Estas pautas te ayudarán a corregir de forma constructiva:
Sé concreto y céntrate en el problema. Los niños, al igual que los padres, tropiezan con frecuencia con la misma piedra. Es normal que, si ya has corregido mil veces el mismo fallo, te enfades cada vez que vuelve a cometerlo. Pero no debes descargar toda tu frustración sobre la espalda de tu hijo, porque puede sentirse muy culpable o incluso desconcertado. Los problemas hay que tratarlos de uno en uno y dejando las experiencias pasadas aparcadas a un lado. Hay que enseñarles a aprender de sus fallos y no a machacarse cada vez que los cometan.
Anima a tu hijo a que detecte el problema o fallo. Nuestros hijos no siempre saben que lo que hacen está mal o que hay una mejor forma de hacerlo. No hay que olvidar que ellos aún tienen muchas cosas por aprender y que nosotros disponemos de muchas estrategias para echarles una mano. Te animamos a que, ante un problema o dificultad, les ayudes a revisar lo ocurrido, a analizar las consecuencias y a generar posibles soluciones. De esta forma no sólo les ayudamos a que se enfrenten sin miedo a sus propios fallos, sino que además les demostramos que nuestro amor hacia ellos es incondicional, liberándoles de la pesada carga de “ser perfectos”.
Ayúdale a que sea él mismo el que resuelva la situación: A veces para evitarles sufrimiento o para no perder el tiempo porque nosotros lo hacemos más rápido, les resolvemos sus problemas o les damos respuesta a todas sus preguntas. Dejemos que sean ellos los que lleguen a sus propias soluciones y que se sientan protagonistas de sus vidas. Estaremos ayudándoles a creer en sí mismos y a no dejarse derrotar por los problemillas cotidianos que van surgiendo.
Felicita a tu hijo por sus logros: Y como no todo será corregir, no dejes que ningún logro de tu hijo se quede sin reconocimiento. Cada vez que haga algo bien, felicítale e incluso puedes premiarle cuando hayan hecho un gran esfuerzo. Que tu hijo sienta que, aunque de vez en cuando meta la pata también hace cosas bien, le hará ver la vida de otro color.
Los niños aprenden lo que ven así que, si tomas una actitud pesimista ante la vida, es probable que tus hijos también lo hagan. ¡El pesimismo se contagia!
¿Todo un reto verdad? Pero bueno, nadie dijo que educar fuera fácil. Recuerda que enseñar optimismo a tus hijos es tan importante como enseñarles a ser responsables y trabajadores. Enseñarles a ver el lado positivo de las cosas es empujarles a vivir una vida con una actitud de confianza y esperanza pero también de esfuerzo y superación.
Recursos
Libros:
Optimismo inteligente: Psicología de las emociones positivas
Autor: María Dolores Avía y Carmelo Vázquez
Editorial: Alianza
En este libro encontrarás todas las conclusiones a las que la ciencia ha llegado, después de estudiar en profundidad el optimismo. Reflexiones y consejos que merece la pena conocer. Consultar
Tú puedes aprender a ser feliz
Autor: Carmen Serrat- Valera y Alexa Diéguez
Uno de los mensajes más importantes que transmiten es que la felicidad es una elección personal. Si te esfuerzas y tomas el camino adecuado, podrás alcanzarla. Un libro lleno de recursos para desarrollar las facetas necesarias para alcanzar la felicidad. Te contagiarás del optimismo y entusiasmo de las autores desde el primer momento. Consultar
La ciencia de la felicidad
Autor: Sonja Lyubomirsky
Editorial: Books4pockets
La autora nos presenta un programa para incrementar la felicidad. Ser feliz es posible ya que es una condición innata a la naturaleza humana. Uno de los temas tratados de forma directa o indirecta, es el optimismo y cómo esa actitud ante la vida nos permite ser felices. Consultar
No te rindas: Doce meses para aprender a ser optimista
Autor: Enrique Rojas
Editorial: Booket
Aunque parezca imposible, no lo es. Podemos aprender a afrontar las adversidades y los miedos de manera positiva. Si quieres saber cómo conseguirlo, te animamos a que le eches un vistazo a este libro. Consultar
Niños optimistas
Autor: Martin Seligman
Editorial: Debolsillo
El autor es un referente de la psicología positiva a nivel mundial. En su libro encontrarás investigaciones, ejemplos, consejos… Un compendio de recursos e información que te ayudarán a conocer mejor el optimismo. Consultar
Vídeos:
El optimismo
Elsa Punset nos cuenta todo lo que la ciencia ha descubierto sobre el optimismo. Un vídeo que nos ofrece información contrastada sobre como tener una actitud optimista influye significativamente en nuestro día a día. Vídeo
Rojas Marcos explica cómo entrenar el optimismo
Es un vídeo breve pero en el que podemos encontrar claves importantes sobre el tema. Nunca está de más escuchar lo que tiene que contarnos una persona tan experta en estos temas, como es Luis Rojas Marcos. Vídeo
Optimismo inteligente
Una explicación muy dinámica y gráfica sobre lo que se considera optimismo inteligente. Merece la pena visualizar este vídeo.
Más sobre el tema...
Si te interesa puedes descargarte la Guía Completa o leer cada uno de los artículos.
2. ¿Cómo cultivar y ser ejemplo de optimismo como padre o madre? (estás aquí)
En las siguientes secciones de esta guía te presentamos algunas propuestas y recursos concretos para que puedas adaptar estas recomendaciones más generales a las diferentes edades de tus hijos. También puedes descargar la guía completa.
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