LA IMPORTANCIA DEL APEGO
El apego es el vínculo emocional profundo que se genera entre una persona y sus figuras de apego primarias. Normalmente estas figuras son los progenitores o los cuidadores.
Este vínculo empieza a desarrollarse desde el nacimiento y tiene un gran impacto en el desarrollo y bienestar del bebé. Además, hoy sabemos que estas primeras experiencias de apego repercuten en la edad adulta tanto a nivel relacional como emocional y comportamental.
Desde hace décadas el apego se ha estudiado tanto en animales como en humanos. Han sido muchos los científicos que han hecho grandes aportaciones sobre este tema. Nos gustaría detenernos y hablar un poco sobre algunos de los más destacados:
Harry Harlow. En 1932 llevó a cabo un experimento con monos. El objetivo era comprobar qué ocurría cuando se separaba a las crías de sus madres. Los hallazgos fueron:
Unas crías murieron a las pocas semanas, otras se deprimieron y otras se volvieron muy nerviosas y agresivas.
Los monitos se apegaban a cualquier cosa que hubiera en la jaula como por ejemplo un trapo. Sintiéndose seguros cuando estaban en contacto con él.
En la jaula tenían una “mamá de alambre” que proporcionaba alimento y una “mamá de felpa” que no lo hacía. Se comprobó que siempre estaban achuchados a la madre de felpa y sólo se acercaban a la de alambre para cuando tenían mucha hambre.
Los monos preferían a la madre de felpa que cubría su necesidad de cuidado, afecto y protección.
Estos estudios con monos donde se confirmaba la necesidad innata de protección y de afecto, dieron pie a que décadas después se empezará a investigar con humanos y el papel que tiene el apego en el ajuste psicológico y social.
John Bowlby. Fue el primero en postular la “Teoría del apego” como tal. Gran parte de sus hallazgos fueron descubiertos tras la gran investigación que realizó con huérfanos de la Segunda Guerra Mundial. Vio que: los que se habían criado con familiares tenían una salud mental normal, los que habían estado con familias de acogida presentaban problemas emocionales como ansiedad o depresión y los que habían estado en orfanatos manifestaban graves problemas emocionales y de conducta.
No obstante, realizó muchos estudios e investigaciones durante décadas sobre el apego así como sus implicaciones. Estas son algunas ideas claves que extrajo:
o El apego es una necesidad sobre todo en las primeras etapas de la vida ya que el bebé necesita a su cuidador para sobrevivir.
o La relación de apego entre el niño y su cuidador en la primera infancia es esencial para desarrollo físico y emocional.
o Se experimentan miedo o estrés en menor intensidad cuando se tiene la certeza de que la figura de apego estará disponible siempre que se necesite.
o Durante la infancia y la adolescencia se va construyendo dicha seguridad sobre la disponibilidad o no de las figuras de apego. Estas expectativas se mantienen más o menos estables a lo largo de toda la vida.
o Los niños buscan el contacto físico, la seguridad y el consuelo de sus figuras de apego para calmar la angustia y para sentirse seguros.
En resumen, el apego seguro nos aporta:
Seguridad. Los seres humanos nacemos muy vulnerables por eso necesitamos que alguien nos cuide y nos de afecto.
Vínculo. Necesitamos tener relaciones significativas con los demás y confiar en ellos. Sentirse conectados a otros es importante para el correcto desarrollo y desempeño humano.
Aprendizaje. La figura de apego es una de las principales fuentes de aprendizaje. Los niños necesitan aprender de los padres o de sus cuidadores para poder relacionarse con los demás, gestionar sus emociones, poner límites, conectar con los demás, realizar tareas, en definitiva, desenvolverse en la vida. Estas figuras de apego son tomadas como referencia para abrirse al mundo que les rodea.
Esta necesidad de apego es importante a lo largo de toda la vida. Aunque seamos adultos, también necesitamos saber que hay personas en nos quieren, nos protegen, en las que podemos confiar y que pueden seguir siendo buenos modelos para nosotros.
TIPOS DE APEGO
Aunque el apego es una necesidad innata, no siempre se genera un apego seguro. A lo largo de los años se han observados distintos patrones a la hora de vincular con los padres o cuidadores.
Para ejemplificar mejor los distintos tipos de apego, vamos a utilizar la metáfora de las naranjas.
Seguro. Si el niño necesita una naranja, se le da una naranja. Las figuras de apego proporcionan lo que necesita, ni más ni menos. De esta manera el niño sabe que están disponibles siempre que lo necesite, de forma incondicional. Eso no significa darle todo lo que pide sino en darle lo que realmente necesita. Tiene la idea de que el mundo es un lugar bueno y seguro. Se siente validado y capaz para relacionarse con lo que les rodea. Actúa con confianza en sí mismo, calma y gestiona bien las emociones porque sabe que si no puede solo, le ayudaran. Por ejemplo: Juan está disgustado porque no le salen bien los deberes de inglés. Su padre le consuela y le anima a seguir intentándolo.
Evitativo. El niño necesita una naranja y las figuras de apego le dan una monda de naranja o una mandarina. Aunque puedan parecer lo mismo, no lo son. No quiere decir que le hayan desatendido pero como vemos, no le dan lo que necesita. El niño experimenta que sus necesidades básicas no han sido atendidas correctamente y aprende a no pedir nada porque sabe que no le darán lo que necesita. Se muestra desconfiado y le cuesta conectar con los demás. Siguiendo el ejemplo anterior: El padre de Juan reaccionaría quitándole importancia a lo que siente su hijo (“No te disgustes por eso que es una tontería”) en lugar de consolarlo que es lo que realmente necesita.
Ansioso. El niño necesita una naranja y se le da un naranjo entero. Ocurre cuando los padres responden con ansiedad y preocupación. Se le da demasiado y con demasiada intensidad. Se sobreprotege en exceso aunque no sea necesario. El niño experimenta ansiedad y confusión al no ver congruente la reacción de los padres con lo que les ha pedido. En un futuro también la experimentara porque no sabrá qué esperar de los demás cuando necesite ayuda o apoyo. En este caso, el padre de Juan se estudiaría la lección, hablaría con el profesor, se pondría a hacer los deberes con su hijo e incluso los acabaría haciendo por él.
Desorganizado. El niño necesita una naranja y no le dan nada. Ocurre cuando los padres no están presentes en la vida del niño y no cubren sus necesidades. El niño siente que no es importante ni válido. Le cuesta conectar con los demás y pueden desarrollar graves problemas emocionales y relacionales. Por último, con un apego desorganizado el padre de Juan no respondería nada ante la angustia de su hijo. Juan por su parte se sentiría carente de afecto y protección y en un futuro no volverá a pedir ayuda.
SEGURO | EVITATIVO |
ANSIOSO | DESORGANIZADO |
Las reacciones de los padres influyen de forma directa en el tipo de apego que tienen los hijos. A medida que los padres van conociendo y descifrando a sus hijos, se va desarrollando la sensibilidad para saber qué es lo que necesitan y cuando lo necesitan.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE?
Como habrás deducido lo ideal es tener un estilo de apego seguro. Es decir, un vínculo en el que nuestros hijos sientan que estamos para ellos y donde a través de nosotros aprendan y empiecen a explorar el mundo que les rodea.
Antes de continuar, nos gustaría hacer una puntualización que consideramos muy importante. No queremos que se confunda lo expuesto anteriormente con tener actitudes sobreprotectoras o mimar al niño, dándole todo lo que pide. Como padres debemos ser capaces de discriminar entre caprichos y necesidades y aprender a gestionarlas según nuestro criterio y nuestros valores.
A continuación te resumimos algunos de los beneficios de tener un apego seguro:
Es la base del desarrollo psicológico saludable. Presentan buen desarrollo social, emocional y cognitivo.
Favorece un estilo relacional positivo con los demás y contribuye a establecer lazos afectivos fuertes.
Influye positivamente en la seguridad y en la autonomía. Desarrollo de una buena autoestima. Seguros de sus capacidades y de afrontar retos.
Las habilidades comunicativas y de resolución de conflictos son mucho más eficaces.
Si queréis saber como desarrollar un apego seguro puedes consultar el siguiente artículo: ¿QUÉ HACER PARA DESARROLLAR UN APEGO SEGURO?
Fuente consultada: Álvaro Bilbao: “Apego seguro”
Comentarios