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6 maneras de hacer que tus hijos tengan una relación sana con el dinero


Una de las dudas que suelen aparecen cuando los hijos van creciendo es cómo abordar el tema del dinero. Muchos padres no saben si dar o no paga, qué hacer con el dinero que se les suele regalar en cumpleaños, comuniones…, cómo enseñarles a valorar el esfuerzo que hay detrás del dinero… En este artículo podemos encontrar algunas sugerencias para que nuestros hijos aprendan a ser responsables y a gestionar su dinero.

Enseñar a nuestros hijos a tener una relación sana con el dinero depende en gran medida de lo normalizado esté el tema en casa. La realidad es que a muchos de nosotros es un asunto que nos incomoda o no lo abordamos correctamente.

Ron Lieber, autor del libro The Opposite of Spoiled: Raising Kids Who Are Grounded, Generous, and Smart About Money, nos da los siguientes consejos para que los más pequeños de la casa no se conviertan en materialistas, desagradecidos o totalmente ajenos al esfuerzo familiar que hay tras el dinero.

​1. Habla abiertamente sobre el dinero

Si nuestros hijos nos preguntan sobre el dinero nuestra respuesta debe ser ¿por qué lo preguntas? De este modo indagaremos sobre el motivo de la misma y podremos dar una mejor explicación.

Por otro lado, cuando los niños se van haciendo mayores, es conveniente involucrarles en los gastos familiares y el valor real del dinero. De esta forma no sólo se les hace participes, sino que se pueden ir inculcando los valores del ahorro y el gasto.

2. Favorece la autogestión del dinero

Dar una pequeña paga a nuestros hijos les ayudará a integrar el concepto de gasto y ahorro, así como el de la demora de la gratificación, la paciencia y el autocontrol. Para que interioricen estos conceptos puede servirte el siguiente “juego”. Dividir la paga en tres partes: una para gastar, otra para donar o compartir y otra para ahorrar.

La cantidad que se asigne dependerá de la edad del niño y de la situación familiar. También se pueden poner algunas condiciones como en qué cosas está permitido gastar el dinero y en cuáles no.

3. Enseña a los niños a gastar el dinero

El objetivo no es convertir a nuestros hijos en tacaños pero sí que aprendan a gastar el dinero de forma responsable. Una vez más, nuestro ejemplo es lo más importante.

El materialismo está muy relacionado con problemas como la depresión o la ansiedad por eso debemos enseñar a nuestros hijos a disfrutar de la vida sin necesidad de poseer cosas nuevas. De hecho se ha demostrado que es mejor gastar en experiencias (campamentos, viajes, cine…) porque aumentan los niveles de felicidad. Aprenden que el placer de una compra es pasajero mientras que el de una experiencia permanece en sus memorias.

4. Importancia del trabajo

Los niños, desde que son pequeños, pueden colaborar en las tareas domésticas. Esta ocupación les ayuda a darse cuenta del valor de la familia y del papel que cada uno cumple dentro de ella. Les enseña el trabajo que cuestan las cosas, el valor de la constancia y de la responsabilidad. Estos “pequeños trabajos” pueden estar remunerados o no, en función de las circunstancias y si lo consideramos adecuado.

Cuando los niños son más mayores, se les puede animar a buscar trabajos remunerados (niñera, paseador de perros, profesor particular…) durante sus vacaciones o fines de semana. Esta es una forma estupenda de que ganen dinero con su esfuerzo y que aprendan a gestionarlo.

5. Enseña a compartir

Los padres debemos ser un modelo de generosidad. Si nosotros compartimos, es más probable que nuestros hijos también lo hagan.

Invitar a nuestros hijos a que parte de su dinero o dinero familiar sea destinado a obras sociales, les ayudará a valorar lo que es realmente importante.

6. Practica la gratitud

A veces incomoda hablar con los hijos sobre la situación económica familiar pero la realidad es que los niños son conscientes de ella desde que son muy pequeños, ya se tenga mucho o se tenga poco. En el artículo “Familias agradecidas, familias felices” te damos ideas de cómo practicar la gratitud en casa.

Es importante que los niños aprecien lo que tienen ya que la gratitud es un ingrediente esencial para la felicidad. Pequeños rituales como agradecer los alimentos, participar como voluntario o pensar al final del día todo lo bueno que ha ocurrido, son muy formas muy eficaces para desarrollar la gratitud.

Autor: Ron Lieber



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