¿Cómo cultivar y ser ejemplo de humildad como padre o madre?
En el artículo "¿Qué entendemos por humildad y por qué es importante practicarlo?" hemos hablado sobre cómo la humildad nos impulsa frente a los retos. En este artículo te daremos las pautas generales que necesitas comenzar a aplicar como padre o madre para servir de ejemplo en su educación.
✓ Reconoce y asume tus defectos y faltas
Para practicar la humildad es preciso que admitas tus errores. Debemos asumir que somos imperfectos y que nunca dejaremos de aprender.
Te animamos a que utilices tus errores como herramienta educativa. Cada vez que metas la pata, habla con tus hijos sobre ello con naturalidad. Puedes contar cómo ocurrió, qué hiciste, cómo podrías hacerlo en un futuro, si hubo alguien que te ayudó a remediar el fallo…
✓ Acepta de forma incondicional a tus seres queridos
La humildad nos impulsa a respetar y darle valor a las diferencias. Esta actitud permite que tus hijos se desarrollen a su ritmo, potencien sus fortalezas y se superen a sí mismos sin presión. Todos tenemos derecho a ser como somos y debemos valorarnos a nosotros y a los demás tal cual.
Algunas formas de cultivar tu aceptación incondicional es validar y no menospreciar las distintas opiniones de tu familia cuando haya discrepancias o por ejemplo, no imponer las tuyas y animar a que tus hijos descubran sus propias opiniones y criterios.
✓ Aprende a recibir críticas
Cuando alguien te haga una crítica o te proponga opciones de mejora, recíbelo con una actitud de apertura. Eso no quiere decir que sea cierto lo que te están diciendo o que tengas que cambiar algo, pero siempre es bueno escuchar lo que los demás tienen que decirnos ¡y mucho más en el ámbito familiar!
Permitir ese espacio para comunicar lo que nos gustaría que cambiara,normaliza el hecho de que todos podemos mejorar o modificar cosas para que la convivencia sea mejor. Nos humaniza y nos ayuda a estrechar los lazos familiares.
La próxima vez que alguien te haga una crítica, escucha todo lo que tiene que decirte y después, contesta de forma compasiva y amorosa.
Algunos ejemplos:
- Entiendo tu punto de vista y lo tendré en cuenta la próxima vez.
- Disculpa, no era mi intención molestarte.
- No lo había contemplado desde esa perspectiva. Gracias por ofrecerme tu consejo.
✓ Corrige de forma constructiva
Los fallos que observamos en los hijos deben ser corregidos pero hay muchas formas de hacerlo. Podemos centrarnos únicamente en el fallo y juzgarlo o por el contrario, hacerlo de una forma constructiva. En el primer caso es probable que tu hijo se avergüence de sí mismo y que las opciones de cambio sean menores, mientras que en el segundo, no sólo repercutirá positivamente en su autoestima sino que además aprenderá y saldrá fortalecido.
Aprovechamos para remarcar que nuestros hijos están aprendiendo a desenvolverse en el mundo. Esto quiere decir que hay muchas cosas que aún no han podido aprender. Te recomendamos que dediques el tiempo que sea necesario a enseñar y no sólo te centres en corregir. Puedes utilizar frases como “me siento orgulloso de lo bien que lo has hecho”, “estoy seguro que por tus cualidades puedes hacerlo mejor si…”, “es normal que te cueste porque tienes poca práctica. Vamos a seguir intentándolo”
✓ Aterriza el concepto de humildad a situaciones cotidianas
El significado de la palabra humildad puede ser difícil de entender sobretodo para los más pequeños. Aprovecha cuando pierde el equipo de fútbol para decir que no siempre se gana, si saca peor nota que una compañera para decir que no siempre destacaremos, ante un suspenso aceptarlo y esforzarse y no echarle la culpa al profesor, cuando se junten los primos que los mayores no marginen a los pequeños… No desperdicies esos momentos cotidianos que al mismo tiempo son tan didácticos y educativos.
✓ Enseña a pedir perdón
En ocasiones cuesta pedir perdón porque nos resistimos a reconocer que hemos metido la pata u ofendido a alguien. La humildad nos ayuda a reconciliarnos con nuestra parte imperfecta y nos facilita el perdón. Por ejemplo: la próxima vez que tu hijo dé una mala contestación o pegue a su hermano, anímale a que se disculpe.
Relacionado con esto está la cualidad de perdonar. Saber aceptar disculpas de alguien que se ha equivocado es también un rasgo de humildad, ya que supone empatizar con esa persona y entender que, al igual que nosotros, es imperfecto y merece la oportunidad de mejorar y deponer su comportamiento. Perdonar supone también valorar la humildad de la otra persona, reconociéndole por este valor.
✓ Muéstrate abierto a aprender cosas nuevas
“Nunca te dormirás sin haber aprendido algo nuevo” dice el dicho popular.Pero para que esto ocurra debemos asumir que no sabemos todo, que siempre hay personas que nos pueden enseñar cosas que nosotros desconocemos y por tanto, estar abierto a la influencia de otros.
Si tus hijos observan en ti esa actitud curiosa y de aprendizaje continuo, normalizaran el hecho de que siempre habrá alguien que sepa algo que tú no y que no pasa nada.
✓ Practica la gratitud
La gratitud es ingrediente esencial para ser humilde. Estar agradecido con la vida por todo lo que te ha regalado, lo bueno y lo malo, es una manera excelente de comprobar lo privilegiados que somos. Reconocer que muchas de las cosas, experiencias o aprendizajes son resultado de nuestras cualidades o esfuerzos pero que otras muchas, serán fruto del azar o la suerte.
✓ Valora y reconoce los éxitos de los demás
Alégrate y felicita a los demás por sus éxitos y estarás cultivando tu humildad. Reconocer los logros de los demás y valorar sus esfuerzos y cualidades es gratificante no sólo para el otro sino para ti mismo. Vivir con entusiasmo lo bueno que le ocurre a tus amigos, compañeros, familiares… te llenará de felicidad y estarás dando un excelente ejemplo a tus hijos.
Además si quieres ir un paso más allá, si cuando te feliciten a ti por un trabajo bien hecho, reconoces que hay otras personas implicadas, admite el papel que han tenido en tu éxito.
Lecturas recomendadas
El poder de la humildad
Autor: Charles l. Whitfield
Editorial: Obelisco
Un libro que muestra infinidad de investigaciones sobre la humildad y que las aterriza a ejemplos cotidianos y con los que todos nos podemos sentir identificados. El autor pretende que tras su lectura, abordemos mejor los conflictos personales y nos sintamos más satisfechos con nosotros mismos.
La humildad importa
Autor: Margaret Funk
Editorial: Desclée De Brouwer
A lo largo de sus páginas se reflexiona sobre el valor de la humildad en nuestros días y el papel que tiene en nuestras relaciones y nuestro bienestar personal.
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Este artículo forma parte de una guía para educar en la humildad. Si quieres seguir leyendo sobre el tema te invitamos a leer los artículos relacionados que encontrarás al final del artículo o descargar la guía completa.
2. ¿Cómo educar en humildad desde el ejemplo? (estás aquí)
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