Valentía y pensamiento crítico: ¿qué son?
Este artículo es el primero de una serie que trata el tema de la valentía y el pensamiento crítico. Nuestro objetivo es poder brindarte una guía en la que encuentres respuesta a las preguntas que te pueden surgir a la hora de educar en este valor, pautas sobre cómo cultivarlo y recursos prácticos en los que te puedes apoyar.
1. Valentía y pensamiento crítico: ¿qué son? (estás aquí)
Si te interesa puedes descargarte la Guía Completa o leer cada uno de los artículos.
¿Qué entendemos por valentía y pensamiento crítico?
La valentía es la capacidad que tiene una persona para perseguir una meta importante y significativa (para sí misma o para su entorno) pese a que ello implique asumir un riesgo personal para alcanzar ese objetivo.
Aunque es una habilidad más general, el pensamiento crítico tiene mucho que ver con la valentía, ya que la persona valiente rara vez actúa por impulso. La persona valiente toma la decisión de perseguir su meta voluntariamente. Lo hace tras un proceso de reflexión y análisis, tras comprender que el objetivo noble que persigue es más importante que sus sacrificios personales.
En este sentido, lo contrario de la valentía no es la cobardía, sino la conformidad. Valentía no significa no tener miedo. Ser valiente es tener miedo y hacer lo correcto de todos modos. Cuando hablamos de valentía para perseguir objetivos nobles nos referimos siempre a metas que supongan un bienestar para uno mismo y para los demás y su entorno.
Una persona valiente es capaz de:
✓ Identificar un objetivo noble, algo universalmente importante.
✓ Analizar su riesgo personal, sus miedos y preocupaciones.
✓ Tomar la decisión más adecuada en función a sus principios y valores.
En este proceso, su capacidad de juicio crítico es fundamental. También el coraje, es decir, la cualidad de resistir al impulso de abandonar y esforzarse para continuar con el objetivo.
¿Por qué es importante enseñar a nuestros hijos dicho valor?
Cuando pensamos en alguien valiente nos imaginamos situaciones de emergencia, en las que alguien se sacrifica, salva la vida a otra persona o evita una catástrofe gracias a una actuación rápida, correcta y justa. Aunque esto también es valentía, el valor no solamente se relaciona con las emergencias. También tiene mucho que ver con la vida cotidiana: Ser valiente es denunciar una injusticia, asumiendo los riesgos. Ser valiente es reconocer un error, disculparse y ser capaz de hablar con un amigo tras un contratiempo. Ser valiente es saber decir que no a una situación que no nos gusta. Ser valiente es incluso pedir ayuda cuando realmente se necesita.
Es importante que nuestros hijos desarrollen este valor por muchos motivos:
Educar y practicar el valor de la valentía les ayudará a convertirse en personas más virtuosas, pues serán capaces de practicar la bondad, la responsabilidad, la generosidad, la honestidad... etc.
Actuar acorde a sus valores les hará más felices y se sentirán más orgullosos de sí mismos.
Durante su vida, habrá muchas ocasiones en las que tendrán que decidir cuál es la actuación correcta: presenciarán situaciones de injusticia, de desigualdad, incluso de abuso. Ser valientes y juiciosos les ayudará a actuar de forma adecuada en dichas situaciones, comportándose como buenos ciudadanos.
Se sentirán más libres de sus miedos y preocupaciones y por lo tanto más capaces de alcanzar sus metas, actuando siempre con justicia y juicio.
Ser valientes les ayudará a ser más asertivos y responsables.
El desarrollo del pensamiento crítico en los niños, (la resolución de sus dilemas morales) contribuirá a que progresivamente distingan muy bien lo que está bien de lo que está mal. Podrán por lo tanto estar más capacitados para decidir unos objetivos nobles acordes a sus valores personales y familiares.
La valentía y el juicio les ayudarán a discriminar y no dejarse llevar por modelos inadecuados impuestos por otras personas, (amigos, medios de comunicación...), y que no sean acordes con sus valores personales y familiares. En la adolescencia, estarán más preparados para negarse a hacer algo que no va con ellos y que no está bien, (como por ejemplo, fumar, consumir drogas, copiar en un examen, etc.). Podrán discriminar mejor la información, (podrán valorar, por ejemplo, la creencia adolescente de que beber alcohol o tomar drogas es atrevido y divertido) o ser críticos ante las diferentes fuentes de información a su alcance, (televisión, internet...).
Por todos estos motivos, ejercitar la valentía y el juicio comporta numerosas ventajas para nuestros hijos, ya que este valor les ayudará a estar más preparados para enfrentarse a las dificultades de la vida cotidiana, orientándoles para actuar con corrección respecto a sí mismos y respecto a los demás.
"Aprendí que el coraje no era la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. El valiente no es el que no siente miedo, sino el que vence ese temor"
N. Mandela.
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