Cómo ser un padre solidario y dar ejemplo a tus hijos
Somos muchos los padres preocupados por la formación humana de nuestros hijos. Nos rompemos la cabeza buscando actividades, libros o películas que puedan ayudarnos a inculcar valores en casa. Quizás la solución esté ante nuestros ojos. ¿Qué mejor forma que promover valores en la familia que con el propio ejemplo?
Recordemos que nuestros hijos nos observan a todas horas y van interiorizando de forma inconsciente ideas, creencias y/o hábitos. Somos sus modelos de comportamiento y de pensamiento, la primera gran influencia a la que están expuestos y que les ayuda a hacerse una idea de cómo es el mundo y de cómo funciona. Así que parece muy interesante aprovechar nuestro propio comportamiento para influir positivamente en nuestros hijos.
Quizás uno de los motivos más frecuentes para iniciarse en la educación en valores es el pasotismo y el egoísmo de los hijos. Porque esto además de enfadarnos y repercutir negativamente en el clima familiar, suele generar grandes dosis de tristeza y preocupación.
¿Qué podemos hacer para frenar esta tendencia? Una de las mejores formas es practicando la solidaridad. Si nuestros hijos nos ven implicados y comprometidos en la familia y en causas de diversa índole, es muy probable que nos sigan. ¿Te animas a intentarlo?
Te proponemos algunas ideas:
Implicarse en causas
Puedes implicarte compartiendo tiempo, conocimientos, dinero… Busca algo en lo que creas y no dudes en formar parte de ello. Dejemos de lado el individualismo y el materialismo y contribuyamos a crear un mundo mejor.
Ser sensible y empático
La solidaridad nace cuando somos capaces de ponernos en el lugar de los otros. Si tus hijos ven que te interesa lo que ocurre en el mundo y que eres capaz de conectar con otras personas de forma genuina, crecerán libres de prejuicios y con el espíritu abierto hacia los demás.
Participar en las tareas domésticas
Las tareas de casa nos brindan una oportunidad excelente para ser solidarios. Hacer un buen reparto de tareas entre todos los miembros de la familia e implicarse en ellas, es un medio muy útil para inculcar no solo la solidaridad sino también la responsabilidad y la ayuda mutua. No esperes a que sean mayores porque tus hijos pequeños pueden realizar tareas sencillas sin problema (recoger la mesa, echar la ropa sucia al cesto, regar las plantas…)
Hablar abiertamente sobre la solidaridad
Tus hijos van a entender mucho mejor el concepto de solidaridad si le pones ejemplos. Busca historias de personas que hayan hecho grandes gestos solidarios, experiencias propias en las que fuiste solidario o recibiste la solidaridad de alguien… Estos relatos impactaran en tus hijos más que cualquier sermón.
Comprar en comercio justo
¿Cuántas cosas has comprado en la última semana? ¿Cuántas de ellas han contribuido a que este mundo sea un poco mejor? Con el comercio justo se pretende precisamente esto.
Busca en vuestra ciudad opciones de mercado justo y visita sus espacios, seguro que encontráis cosas muy originales al mismo tiempo que apoyáis procesos de producción respetuosos con las personas y con el medio ambiente.
Cuidar el planeta
Reciclar, mantener limpia las calles, playas, bosques…, consumir energía de forma responsable y mil acciones más que persiguen cuidar del planeta, se pueden convertir en grandes gestos de solidaridad hacia la humanidad y hacia el entorno en el que vivimos. La Tierra nos ha sido regalada y debemos cuidarla.
Podéis crear un plan de reciclaje familiar en el que todos contribuyáis de alguna forma a mantener el planeta cuidado. Por ejemplo: cubos para plástico, cristal, orgánico…, reutilizar envases, utilizar bombillas de bajo consumo…
Dona
Regala tu abundancia a quienes más lo necesitan. Hay mil opciones: juguetes, ropa, sangre, comida, libros, tiempo, material escolar…
Multitud de asociaciones y causas, aprovechan fechas señaladas para hacer campañas de recogidas. Podéis hacer vuestra particular recogida familiar (abuelos, primos, tíos…) para después llevarla a los puntos indicados. Un plan divertido y constructivo en el que toda la familia puede participar.
La crianza de nuestros hijos nos permite ser mejores. Mejores padres, mejor esposa, mejor marido, mejor persona. Dar es la mejor forma de recibir. Regálales a tus hijos el buen ejemplo de tus actos.
“No deis sólo lo superfluo, dad vuestro corazón”
Santa Teresa de Calcuta