¿Cómo ayudar a tu hijo a manejar el estrés social?
Los adolescentes están sometidos a muchas fuentes de estrés. En su día a día se enfrentan a retos como aprobar las asignaturas, ganar competiciones deportivas o entender los cambios que se producen de su cuerpo. A esto se le suma que sus relaciones sociales cambian drásticamente, teniendo que adquirir nuevas habilidades y haciendo frente a situaciones nuevas.
Muchos de ellos pueden llegar a sentirse abrumados, e incluso sentirse excluidos del grupo si no consiguen adaptarse con mucha rapidez a estos cambios. Además se ha comprobado como unas de las consecuencias más frecuentes en adolescentes estresados son las malas notas o cambios de humor frecuentes, aspectos que complican aún más su día a día.
Uno de los mayores estresores en esta etapa, es la relación con el grupo de iguales. Por ello, llamaremos “estrés social” a todas las situaciones agobiantes para nuestros hijos que impliquen relacionarse con otros.
Cómo afrontar el estrés social: la “mentalidad de crecimiento”
Tras muchos estudios, se ha llegado a la conclusión de que una de las mejores formas de hacer frente al estrés social es a través de lo denominado: “mentalidad de crecimiento”.
La mentalidad de crecimiento tiene que ver con aquello que creemos acerca de los demás y de uno mismo. Una persona con una mentalidad de crecimiento cree que las personas pueden cambiar, que no han nacido con unas características fijas y que siempre pueden mejorar. Esto quiere decir que un pequeño cambio en la mentalidad de nuestro hijo, podría ayudarle a afrontar mejor esas situaciones, hacerle sentir más relajado, e incluso mejorar académicamente.
Lo contrario de “mentalidad de crecimiento” es la “mentalidad fija”. Este forma de ver la vida y a los demás nos lleva a resignarnos y nos impide conseguir nuestros objetivos.
¿Cómo puede esto ayudarme a ayudar a mi hijo?
Es importante saber que creencias como “soy un fracasado” o “nunca conseguiré caerle bien a nadie” pueden estar apoyadas por la convicción de que nadie es mejorable, ni uno mismo. Ahora que ya conoces la diferencia entre “mentalidad fija” y “mentalidad de crecimiento” podrás detectar este tipo de creencias en tu hijo y ayudarle a tener una manera más flexible de entender el mundo.
A continuación incluimos tres consejos prácticos para que puedas aplicar estos conceptos y ayudar a tu hijo a manejar el estrés social:
¿Problema o reto?: Enseña a tu hijo a ver los problemas como una oportunidad de cambio. Puedes ayudarle a entender que ningún problema es para siempre, y que siempre existen alternativas para poder afrontarlo.
Añadir “todavía”: Un gesto tan simple como poner un “todavía” al final de la frase puede flexibilizar la mentalidad de tu hijo. Por ejemplo, enséñale a incluirlo en frases del tipo “No me han invitado a ninguna quedada…todavía” o “No he conseguido entrar en el equipo de fútbol del recreo…todavía”.
Ejemplos de cambio: Buscad historias inspiradoras de personajes que han influido en los demás, en ellos mismos o en la sociedad. Utilizad películas para detectar la influencia de los protagonistas en su contexto. Incluso, si a tu hijo le gusta escribir o dibujar, puedes proponerle que cree el mismo un personaje así.
Como hemos expuesto anteriormente, los adolescentes se enfrentan a muchos cambios y fuentes de estrés, para los que no siempre están preparados. No debemos sobreprotegerlos y privarles de esos momentos de crecimiento y maduración, pero si podemos acompañarles en el camino y proporcionarle herramientas que les ayuden a superarlos con éxito.
Fuente consultada: Can a change in minset help teens de-strees? by Sarah Wheeler
Este artículo no suple de ninguna manera el consejo o tratamiento psicológico. Si notas que las señales de estrés en tu hijo persisten o superan sus habilidades de afrontamiento, contacta a un profesional de la salud mental que te podrá dar pautas más específicas.
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