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Conectar de nuevo con la naturaleza


Vivimos en la era digital y tanto adultos como niños pasamos cada vez más tiempo enganchados a la televisión, videoconsolas, smartphones, tablets… Salimos del trabajo o la escuela para meternos en casa y alienarnos con cualquier artilugio tecnológico.

Evidentemente las nuevas tecnologías nos facilitan enormemente la vida. Nos divierten, nos informan, nos ayudan a comunicarnos de forma rápida y eficaz… Pero si miramos el otro lado de la moneda, podemos darnos cuenta cómo hemos ido abandonando buenos hábitos como el deporte al aire libre, quedar en un café con los amigos para pasar la tarde o disfrutar de un día en la montaña.

Hoy en día sabemos que esta desconexión con la naturaleza atrofia los sentidos, genera déficits de atención, incrementa la obesidad infantil, etc. Muchos efectos secundarios de un estilo de vida que favorece el sedentarismo y el aislamiento por encima de otros valores.

Pero nunca es demasiado tarde para volver a conectar con el medio que nos rodea. Volver a nuestros orígenes para encontrar la calma interior que en ocasiones nos falta en nuestras vidas de prisas, deberes y tareas pendientes.

 

¿Cómo conseguirlo?

Os damos algunas ideas para re- conectar con la naturaleza al mismo tiempo que fomentáis valores como el respeto, compromiso o la responsabilidad.

Organiza un picnic

Seguro que cerca de ti hay un parque o una arboleda, aprovéchalos y organiza una comida familiar. Preparad un menú ligero y que no requiera mucha elaboración, buscad unas mantas para improvisar una mesa y los asiento y proponeos descansar y disfrutar desde el primer momento. Deja que los niños jugueteen con lo que se encuentren; piedras, hojas, insectos, tierra… Que se ensucien y que conecten con el medio.

Pasea por la naturaleza

Buscad alguna ruta senderista, meted en la mochila agua y unos bocadillos y disponeos a pasar un día 100% natural. Realizar una actividad física rodeado de la naturaleza es un medio estupendo para despertar los sentidos. Disfrutar del olor del bosque, el sonido de los animales o del viento moviendo las ramas de los árboles, el contraste de los colores de la tierra, las piedras, el cielo… Deja que tus hijos se sorprendan con todo lo que la naturaleza les ofrece.

Adopta una mascota

Si vuestros medios os lo permiten, podéis acoger a una mascota en casa. Puede ser un perro, tortuga, canario… Esta es una buena forma de que nuestros hijos desarrollen valores tan importantes como la responsabilidad o el respeto hacia otro ser vivo.

Visita una granja o un zoo

Cada vez es más frecuente encontrar a niños y adolescentes que no han visto “en vivo” a ningún animal, más allá del perro o el gato del vecino. Hacer una excursión a un zoo o a una granja les permite acercarse por otra vía al medio ambiente. Además en muchas de estas instalaciones permiten el contacto directo con los animales (esquilar una oveja, ordeñar una vaca…), enriqueciendo aún más la experiencia.

Juega al aire libre

Poco a poco se está sustituyendo el juego al aire libre y con otros niños por el juego “entre cuatro paredes” y en solitario. El juego es el mecanismo natural que tienen los niños para interaccionar con el medio y con otras personas. A través del juego con otros aprenden a regular sus emociones, se hacen una idea del mundo que les rodea y adquieren las habilidades sociales que son tan importantes para enfrentarse a la vida.

Procura que parte del tiempo libre de tus hijos sea variado. No le prives de salir a la calle a corretear, rasparse las rodillas y hacer amigos.

Lectura

Si quieres que tus hijos disfruten y aprendan de la naturaleza, los libros son uno de tus mejores aliados. Hay miles de posibilidades en función de la edad, temática… Puedes encontrar libros muy atractivos que despierten la curiosidad de tus hijos por el medio ambiente.

Cultiva tu propio huerto

No es necesario que tengas mucho espacio, sólo necesitáis unos tiestos, semillas, un poco de tierra y algo de aire y luz. Cultivar vuestro propio huerto es una forma fantástica de implicar a tus hijos con la naturaleza. Además es una actividad de la que se disfruta desde que se planta la semilla en la tierra hasta que coméis una rica ensalada después de recoger la cosecha.


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