Actividad: tarro de la calma
¿A tu hijo le cuesta calmar su mente? ¿La emoción le arrastra y encuentra dificultad controlarla? ¿Después de un día de mucha actividad es incapaz de relajarse? Entonces esta manualidad está pensada para vosotros.
Aunque nos parezca raro los niños le dan en ocasiones muchas vueltas a la cabeza y a veces les cuesta parar. También encuentran dificultad para relajarse o para gestionar sus emociones aunque aparentemente estén provocadas por bobadas.
El objetivo de esta actividad es que tu hijo entienda que puede calmarse y desconectar a pesar de su enfado o nerviosismo. Además pasaréis un rato maravilloso creando y personalizando su tarro de la calma.
Pasos:
Busca un tarro o botella transparente y que tenga tapón.
Vierte en su interior agua caliente con dos cucharadas de pegamento con purpurina.
Agita y mezcla bien el contenido.
Añade colorante alimentario del color que quieras y vuelve a agitar bien.
¿Cómo usarlo?
Explica a tu hijo que la purpurina representa a la mente inquieta. Sería los pensamientos, sentimientos, miedos o preocupaciones. Dile también que la mente se inquieta cuando hay algo que no nos gusta, cuando estamos muy cansados o cuando algo nos enfada.
Coge el tarro y agítalo. Después ponlo sobre una superficie para observar como poco a poco la purpurina agitada va reposando sobre el fondo. Anima a tu hijo a que repita el proceso.
Explícale que cuando está nervioso y decide tranquilizarse y esperar en lugar de reaccionar llorando, gritando o peleando es como si la purpurina de su mente fuera desapareciendo.
Cada vez que experimente una emoción negativa o antes de dormir, moved el tarro y observad como poco a poco la purpurina cae hasta el fondo.
El ejercicio se puede repetir tantas veces como se desee. Es importante hacerlo en silencio para favorecer la relajación y concentración.
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