Cómo ayudar a tu hijo adolescente a cumplir sus objetivos (III): Consejos prácticos
Como hemos tratado en anteriores artículos, diferentes investigaciones afirman que conocer el propósito de lo que hacemos nos hace más capaces de poder lograr lo que nos proponemos.
Objetivo y propósito ¿significan lo mismo?En muchas ocasiones, las palabras propósito y objetivo se utilizan de manera indistinta, a pesar de que se refieren a cosas diferentes.
Los objetivos son aquellas metas tangibles y concretas que deseamos cumplir, como por ejemplo, “conseguir plaza en la clase de informática”. Por otro lado, el propósito lo definimos como la intención que nos ayuda a lograr algo que tiene significado para uno mismo y para el mundo. Retomando el ejemplo, puede que nuestra hija considere que participar en el grupo de informática tiene un sentido para ella porque la hará estar más cerca de su sueño de ser ingeniera.
Teniendo clara la diferencia entre estos conceptos, os damos unas pautas para ayudar a tus hijos a cumplir sus objetivos:
Priorizar la motivación interna frente a la recompensa externa: En ocasiones, a causa de cómo está planteado el sistema de evaluación académico, los estudiantes llegan a la errónea conclusión de que lo que verdaderamente importa es la nota. Cierto es que a medida que van creciendo, sus resultados tendrán más peso en decisiones importantes como qué carrera estudiar o a qué universidad ir. Pero sin duda, centrarse en únicamente en los resultados les alejará de encontrar la motivación en el propio estudio y con ello, será más difícil que encuentren el propósito de lo que hacen. Por eso es más importante concentrarnos en qué nos hace andar por el camino que perder el tiempo mirando a la meta.
Fomentar la colaboración: Si los estudiantes llegan a creer que la nota es lo único que cuenta, es esperable que tengan una actitud más competitiva que cooperativa con los compañeros.
Como comentamos en artículos anteriores, uno de los ingredientes para fomentar la búsqueda de propósito era la visión más allá de uno mismo. Promover que nuestros hijos colaboren con sus iguales en el ámbito escolar les ayudará a encontrar más sentido a cualquier reto académico al que se enfrenten. En este sentido, puedes proponerle hacer quedadas para ahondar en un tema de estudio, o incluso ayudarle a buscar las ventajas de trabajar en equipo.
Entender la figura del profesor desde otra perspectiva: Estudiar es la ocupación de nuestros hijos 5 días a la semana, y comparten este tiempo con adultos que funcionan como guía en su proceso de aprendizaje. En muchas ocasiones, su labor no es sencilla, y puede darse la circunstancia de que algunos estudiantes lleguen a sentir rechazo ante la figura del profesor. Conviene hacerles reflexionar sobre el papel de los profesores y recordarles su vivencia como estudiantes y su formación específica hacen del profesor punto de referencia y apoyo, más allá de cuestiones meramente teóricas cuyo único fin es aprobar el examen.
Acercar el mundo fuera del aula a nuestros hijos: Muchas veces, el contenido que aprenden nuestros hijos en la escuela es demasiado teórico. Un recurso para potenciar la “visión más allá de uno mismo” del que hablábamos antes es enseñarles la aplicación en la vida real de lo que aprenden. Por ejemplo: visitar un museo, hacer experimentos en casa, visitar un país extranjero para practicar otro idioma, excursiones a la naturaleza, participar en un voluntariado…
Enseñarles a aprender de sus errores: La escuela no es más que el ensayo para enfrentarse al mundo real. Es importante que nuestros hijos aprendan a manejar situaciones en las que fallen y sepan cómo mantenerse y perseverar sin desanimarse. Y es que, hay que enseñarles que el error, no es más que un camino hacia el aprendizaje.
Fuente consultada: “Seven ways to help high schoolers find purpose” by Patrick Cook-Deegan
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