Efectos del consumo de alcohol en los adolescentes
La adolescencia es una etapa muy importante en el desarrollo evolutivo. Multitud de ajustes físicos y psíquicos son los responsables de los cambios de conducta, ideales y emociones de nuestros hijos.
El adolescente tiene la necesidad natural de vivir experiencias nuevas, alcanzar y saborear su libertad y autonomía, construir su identidad sexual y sentirse identificado con su grupo de iguales. Luchan por encontrar su lugar y no dudarán en hacer lo que consideren necesario para satisfacer sus deseos.
Ante este panorama las discusiones, tensiones y la relación amor-odio son más que evidentes. También nuestra influencia sobre ellos se resiente considerablemente, dejamos de ser sus referentes y nos convertimos en el enemigo. ¡La buena noticia es que es, que si sabemos manejarlo, algo temporal!
Quizá una de las primeras cosas que despierta la curiosidad de los preadolescentes es el alcohol. La búsqueda de sensaciones unida a la necesidad de sentirse parte del grupo, son elementos más que suficientes para que tu hijo se plantee comenzar a consumirlo.
Los últimos datos muestran que en España se comienza a consumir alcohol a los 13 años y que lo siguen consumiendo porque les gusta su sabor, por diversión y placer, para experimentar emociones nuevas, para olvidar sus problemas o para relacionarse mejor y perder la tímidez1.
Sin duda, el alcohol se ha convertido en un invitado más a las fiestas y encuentros de los más jóvenes. El final de los exámenes, un cumpleaños, la graduación, un partido de fútbol o simplemente un fin de semana al uso, es una buena excusa para tomarse unas copas.
Aunque es cierto que ningún padre suele querer que su hijo adolescente beba, en ocasiones podemos hacer la vista gorda e incluso llegar a justificar su consumo (“Todos lo hacen”, “Bueno… son copas en casa de un amigo. Allí no hay peligro”, “Tampoco es para tanto, a su edad yo hasta fumaba”…) pero ¿somos realmente conscientes de las consecuencias que tiene el alcohol en nuestros hijos? Veamos algunas de ellas:
Período crítico
El adolescente que consume alcohol corre el riesgo de alterar su desarrollo. Aunque todo el cuerpo sufre grandes cambios en esta etapa, quizás unos de los más importantes son los que se producen en el cerebro. El cerebro se prepara para establecer las bases de la planificación, integración de la información, resolución de conflictos y el razonamiento entre otros, habilidades todas ellas importantísimas para afrontar el futuro con madurez y éxito. Y precisamente que el cerebro esté cambiando continuamente es lo que lo hace especialmente vulnerable a los efectos del alcohol.
Rendimiento académico
El alcohol afecta a las zonas del cerebro encargadas de la atención, memoria, retención, percepción visual y habilidades verbales. Cuando el consumo es elevado se pueden ver seriamente perjudicadas las funciones cognitivas superiores que son necesarias para tener buen rendimiento y consiguiente éxito escolar.
Problemas de conducta
El consumo de alcohol en exceso aumenta la probabilidad de tener accidentes, relaciones sexuales de riesgo, consumo de otras sustancias, conductas vandálicas, relacionarse con desconocidos, peleas… No olvidemos que a medida que aumentan los gramos de alcohol en sangre, disminuye el raciocinio y el autocontrol.
Problemas de salud
Los adolescentes que consumen con frecuencia alcohol tienen un mayor riesgo de desarrollar ansiedad, depresión, baja autoestima. Además a nivel físico se ha comprobado como el consumo de alcohol durante la pubertad puede modificar los niveles hormonales generando problemas del desarrollo.
Como puedes ver, las consecuencias del consumo de alcohol en adolescentes no es ninguna broma. Merece la pena dedicar parte de nuestro tiempo a prevenir este tipo de hábitos para garantizar el crecimiento y desarrollo adecuado de nuestros hijos.
*Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad. Gobierno de España
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