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¿Cómo cultivar y ser ejemplo de austeridad como padre o madre?


No vivas por encima de tus posibilidades

No es más feliz el que más tiene sino el que menos necesita. Te animamos a que seas del segundo grupo. Asume tu nivel económico y cíñete a él para vivir tranquilo y con holgura. Además, esto te ayudará a invertir tus recursos en lo realmente necesario y no en lo superfluo, así como tener capacidad para responder a situaciones inesperadas. Si tienes que endeudarte que sea por necesidad y no por capricho.

En esta línea, es importante que tus hijos vean que tú también renuncias a cosas que te pueden apetecer. Por ejemplo: “me gusta mucho esta camisa pero como tengo tres, no me la compro y así soy un poco más austera”

Agota la vida útil de las cosas

Aunque vivimos en la era del consumismo y del “usar y tirar”, la austeridad nos invita justamente a lo contrario. Invierte en cosas de calidad (no siempre son las más caras) y renuévalas sólo cuando se hayan estropeado o no se puedan reparar.

Te proponemos que durante un mes vayas anotando todo lo que habéis comprado (comida, ropa, ocio...) y que después analices hasta qué punto eran cosas necesarias. Quizás compruebes que habéis acabado tirando comida, comprado ropa que ahora tenéis duplicada o triplicada...

Crea hábitos adecuados

Optimizar la nevera para no tener que tirar nada, ser imaginativo y reutilizar la comida que sobra, tener alguna responsabilidad aunque haya ayuda en casa, heredar de hermanos y primos mayores (ropa, juegos, libros...), comprar regalos sólo en fechas señaladas...

Te animamos a que busquéis formas creativas para no desperdiciar recursos. Por ejemplo, unos niños descubrieron en su ducha diaria que en lugar de tirar el agua fría mientras esperaban a que saliera el agua caliente, podían rellenar hasta 6 litros de agua que posteriormente utilizaban para regar las plantas de la casa y otras actividades. También podéis organizar un mercadillo con la familia o los vecinos para intercambiar ropa, libros o juguetes.

Las “cosas” nunca te sustituirán

No compenses la falta de tiempo con tus hijos tirando la casa por la ventana. Grandes regalos, viajes espectaculares... Estas cosas ilusionan a corto plazo pero a la larga no son una buena idea. Se acostumbran al despilfarro, convierten los caprichos en necesidades, no le dan valor a las cosas... Es normal querer compensar de alguna forma el poco tiempo que pasamos con ellos, pero llenarles de cosas no es el camino. Puedes optar mejor por tiempos sin móvil en casa, charlas durante la cena, leer un libro antes de dormir, una escapada a la montaña o visitar una exposición en familia.

Aprovecha las celebraciones familiares para educar

Navidad, comuniones, cumpleaños, bautizos... se están convirtiendo en la esencia del despilfarro y la exageración. Utiliza estos encuentros familiares para promover otros valores como la sencillez, la generosidad y la unidad familiar. Por ejemplo: en lugar de largas sobremesas con dulces y copas, jugad a juegos de mesa o contad anécdotas familiares. También puedes dosificar los regalos que reciben tus hijos e irlos sacando a lo largo del año. O ¿por qué no? Donar parte de los regalos a personas que lo necesitan más.

Habla sobre el dinero

Aunque no está muy bien visto hablar del dinero y del coste de las cosas, si queremos que nuestros hijos sean moderados en el uso del mismo, tendremos que hacerlo. Te damos algunas ideas: saca dinero del cajero, luego compra algo y explica a tu hijo como el dinero es limitado y se gasta cuando adquirimos productos. También puedes utilizar el momento de la paga para hablar sobre el uso que le dará al dinero. O por ejemplo, crear presupuestos familiares para cada semana y decidir entre todos en qué gastar el dinero.

La idea no es abrumar a tus hijos o responsabilizarles de cosas que no le corresponden, pero si dejar un espacio en el que poder hablar abiertamente sobre el dinero y las dudas que aparezca en torno a él. No podemos olvidar, que en unos años nuestros hijos estarán gestionando su propio dinero y deben llegar bien preparados a ese momento.

Frena tu consumismo

Prevenir el consumismo hará que nuestros hijos sean más felices y no se vean con facilidad “atrapados” en las modas consumistas. Si conseguimos que los niños no necesiten tantas cosas para ser felices conseguiremos con más probabilidad que puedan sentirse más libres y felices llevando una vida austera en la que primen otro tipo de valores, como la sencillez. Valorarán así la importancia de las cosas pequeñas y no necesitarán tantos bienes materiales para descubrir los verdaderos valores que deben dirigir sus vidas.

 

 

Lecturas recomendadas:

El secreto de las siete semillas

Autor: David Fischman

Editorial: Planeta

Una novela en la que el autor nos invita a vivir buscando el equilibrio entre el tener y el ser. Unas ideas que fácilmente podemos trasladar a nuestro día a día.

La zanahoria es lo de menos

Autor: David Montalbo

Editorial: Ebook

Nos pasamos la vida poniendo la felicidad en conseguir cosas, tener cosas... Pero esa forma de vida nos puede conducir al malestar y la insatisfacción. Una lectura amena que nos anima a vivir de forma más sencilla.

 

Más sobre el tema...

Este artículo forma parte de una guía para educar en el valor de la austeridad. Si quieres seguir leyendo sobre el tema te invitamos a leer los artículos relacionados que encontrarás al final del artículo o a descargar la guía completa.


2. ¿Cómo cultivar y ser ejemplo de austeridad como padre o madre? (estás aquí)

 

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